Vacunarse, inmunizarse, es un acto de supervivencia personal y solidario, avalado por la ciencia. Las vacunas han demostrado ser seguras y eficaces. ¿Qué pasaría si esa cognición fuese ampliamente desacreditada, puesta en tela de juicio, debilitada por una campaña ideológica que asocia la vacuna con un ´veneno´? O qué ocurriría si la falta de percepción del riesgo de enfermarse llevara a la comunidad a no vacunarse. La salud pública mundial atravesaría una crisis de credibilidad, por una insistente prédica antisistema, cuyos efectos podrían ser catastróficos. Y las vacunas resultarían, así, víctimas de su propio éxito…

Facebook Twitter Share

Analizar y comprender cómo se establecen y consolidan las configuraciones mentales de quienes caen bajo el influjo de las teorías conspirativas, por caso los antivacunas, los terraplanistas, los cultores de las terapias ´alternativas´, constituye un desafío urgente. He aquí unos primeros pasos para la formación de divulgadores y periodistas científicos, y profesionales de la salud que se especializan en comunicación sanitaria y periodismo médico.

Facebook Twitter Share

Al menos un 40% de los estudiantes universitarios sufre temor al enfrentar una prueba o evaluación. Algunos motivos son comprensibles y lógicos, otros en cambio, bastante ilógicos o inadecuados. ¿Cómo ganarle la pulseada al estrés? Reconocer el problema constituye el primer paso hacia el desarrollo de recursos para afrontar adecuadamente los estados de ansiedad.

Facebook Twitter Share

El esquema de estudios del Doctorado en Bioquímica y Farmacia de la Universidad de Buenos Aires, aprobado el 4 de diciembre de 1919, cuyos 100 años estamos conmemorando, sería el modelo que en años sucesivos adoptarán otras instituciones académicas latinoamericanas. Se reseña a continuación los antecedentes más relevantes en este complejo derrotero académico y profesional.

Facebook Twitter Share

“Un día de noviembre de 1919 me dijo Sánchez: ´Tengo un proyecto y deseo su apoyo´. El proyecto era la creación del Doctorado en Bioquímica y Farmacia. Quería elevar la dignidad científica del farmacéutico. Y nos pusimos a la obra. ¡Admirable proyecto! Él fue el arquitecto y el constructor, yo apenas un simple auxiliar. ¡Qué paciencia, sabiduría, experiencia, conocimiento de los hombres, afán de superación, presidieron el nacimiento de aquel plan de estudios! Y después las luchas contra los enemigos de adentro y los enemigos de afuera; los primeros agazapados en algunos círculos, que parecían tener celo de esta hermana menor, que hacía rato había llegado a la mayoría de edad; y los segundos, los enemigos de afuera, de otras Facultades de la Universidad, que pugnaban por mantener hegemonías sin justificación.

Pero este hombre, con apariencias de cordero, llegado el momento resultó un león. He vivido sus angustias, sus esperanzas, sus entusiasmos y sus desalientos, en una lucha continua, áspera, ingrata, pero que terminó con victoria”.

“Lo digo sin jactancia: Sánchez me conquistó todo entero y me constituí en un segundo representante de la Escuela de Farmacia”.

 (Dr. en Medicina Osvaldo Loudet, propulsor del Doctorado en Bioquímica y Farmacia, en Médicos argentinos, 1966)

Facebook Twitter Share

El espíritu universitario no es, ni será jamás, la mera disciplina que deriva del tecnicismo profesional. Es algo más grande, que no llegan a comprender los egoístas, los indiferentes o los mediocres, cristalizados en el profesionalismo. Tiene sus raíces en las verdades científicas que constituyen su cabrestante, pero las orienta hacia una finalidad social, y las proyecta luminosamente, sobre todos los problemas morales de la vida individual y colectiva. Para penetrar en el valor ético y estético de la ciencia, además de comprender la verdad, hay que sentirla

Osvaldo Loudet, Revista del Círculo Médico Argentino y del Centro de Estudiantes de Medicina, 1913.

Facebook Twitter Share

Varios miles de millones de personas cada día desechan plásticos a la basura doméstica, a través de la orina excretan los residuos de medicamentos que ingieren, incluso drogas de abuso; las industrias vierten sus efluentes a las aguas, no siempre con debido tratamiento; los criadores de animales y los agricultores utilizan sustancias para la protección de animales y plantas y contaminan ríos y cursos de agua… Bueno, podría decirse que son liberados al ambiente en pequeñas cantidades. Pero con el pasar del tiempo se van incorporando nuevas sustancias. Y además se dispersan, de hecho ya se los puede hallar hasta en las aguas antárticas. Son los denominados contaminantes emergentes.

Facebook Twitter Share

Investigadores de la cátedra de Salud Pública e Higiene Ambiental estudian bacterias aisladas en cursos de agua altamente contaminados de Buenos Aires, capaces de degradar compuestos llamados emergentes, por ejemplo, un desinfectante ampliamente utilizado, un antibiótico de uso frecuente veterinario y un antiinflamatorio no esteroide de uso masivo. Además diseñan biorreactores, método de tratamiento biológico para depurar aguas y efluentes que puedan contener esos contaminantes. Proponen también un método indirecto de detección de contaminantes emergentes.

Facebook Twitter Share

Páginas

Boletines

Subscribase para recibir aviso de nuevas noticias.