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Uno de los problemas más angustiantes y trascendentales en la historia de la humanidad ha sido el tratamiento del dolor quirúrgico, para mejor decir, la carencia de anestésicos eficaces. No por nada se suele amenazar en tono de broma con un “te voy a operar sin anestesia”. Claro, hoy resulta fácil bromear con esto…

En este seriado de notas de divulgación iremos desgranando diversas etapas e hitos de la anestesiología, con el interés centrado primordialmente en Sudamérica y en la Argentina.

En la segunda mitad del siglo XIX, médicos de los nacientes países sudamericanos comenzaron a utilizar el éter y el cloroformo, pocos meses después de dos hitos mundiales: la anestesia practicada por William T. G. Morton el 16 de octubre de 1846, en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, cuando tuvo lugar la primera demostración pública de anestesia con éter. Y la experiencia de noviembre de 1847 cuando el cloroformo fue introducido por el profesor de obstetricia de Edimburgo, James Simpson1.
“Los gritos provenientes de las salas de cirugía no volvieron a escucharse. No hubo más suicidios de pacientes que, aterrorizados, se negaban a ser operados. Los enfermos dejaron de ser sujetados violentamente y de ser amarrados a las camillas operatorias. Nunca más se realizaron intervenciones quirúrgicas contra la voluntad del paciente. La segunda mitad del siglo XIX representó un cambio fundamental de una vasta y triste etapa ancestral de intervenciones quirúrgicas dolorosas. El sol del naciente siglo XX, gracias a la anestesia, iluminó las salas de cirugía”, narra el doctor en Medicina por la Universidad de Buenos Aires Adolfo Venturini, reconocido anestesiólogo argentino, su tesis doctoral versó justamente sobre Paleoanalgesia. Es investigador asociado honorario de la Cátedra Historia de la Medicina, Facultad de Medicina de la UBA; docente de la Carrera de Médico Especialista en Anestesiología (Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires, AAARBA – UBA), donde enseña Historia de la Anestesia; y actualmente dirige el Museo y Biblioteca Histórica de Anestesia “Dr. Alberto González Varela” de la AAARBA.
“La introducción de la anestesia cambió todo esto. La cirugía pudo ralentizarse, hacerse más precisa y adentrarse en las ´zonas prohibidas´ del abdomen, el tórax y el cerebro. La evolución de la práctica quirúrgica ha dependido de la anestesia y de la introducción concomitante de la antisepsia”, ha puntualizado, por su parte el doctor David Wilkinson, expresidente de la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos (WFSA, por sus siglas en inglés).

Paleoanalgesia: desde horribles brebajes hasta palazos en la cabeza
Se realiza aquí un breve racconto de la paleoanalgesia, desde antes de Cristo en las civilizaciones más antiguas que utilizaban opio, cannabis, coca, solanáceas, entre otros. Por ejemplo, Hipócrates usaba una esponja soporífera, embebida con una mezcla de opio, mandrágora y beleño (de la familia de la belladona). Por su parte, también el alcohol, la marihuana y el frío fueron utilizados tradicionalmente para facilitar los procesos quirúrgicos.
En algunas etapas del desarrollo de la preanestesia se practicaban ex profeso contusiones cerebrales con palos y otros objetos contundentes para generar inconciencia en los pacientes, una especie Knock out ´inducido´… Hasta se llegó a fabricar un aparato capaz de propinar golpes precisos para que no fueran ni muy muy ni tan tan.
También se aplicó una técnica llamada de compresión bilateral de la arteria carótida, que conseguía un efecto similar a cuando se nos ‘adormece’ una extremidad. Más grave aún, otra ´técnica´ consistía en apretar el cuello de la persona hasta que perdiera el sentido, para de este modo inducir una hipoxia cerebral.
Más allá de la real eficacia de estos procedimientos, de producirse efectos ´anestésicos´ estos duraban escaso tiempo. De allí que los cirujanos de mayor reconocimiento y prestigio eran los más extremadamente rápidos en su proceder; relataremos algunos de estos casos en una nota complementaria, más adelante en el seriado.
Por citar un ejemplo, en la cirugía militar se reconoce a Dominique-Jean Larrey, cirujano de los ejércitos napoleónicos, la hazaña de haber practicado en un día, sin descansar, y sin anestesia, cerca de 200 amputaciones. Ocurrió durante la batalla de Borodinó, el 12 de septiembre de 1812.

Todo tiene un final… todo termina, afortunadamente
Para los expertos en el tema, la verdadera anestesia nació en el siglo XIX de la mano de los descubrimientos de los gases. Se atribuye a Horace Wells, un dentista de Connecticut el primer uso de óxido nitroso2 para extraer piezas dentarias en 1844. Pero, cuando tuvo que demostrar la eficacia del sistema que proponía en el Hospital General de Massachusetts, el paciente comenzó a gritar desaforadamente. Ocurrió que ese paciente era obeso y alcohólico, y todo indica que Wells no supo adecuar la dosis correspondiente a ese particular caso. A la nada, Wells cayó en el descrédito, el desprecio y la burla pública.
“Wells abandonó la odontología y se dedicó a ser vendedor durante los años siguientes y a viajar. En París se dedicó a la cría de canarios de canto y a organizar exposiciones de pintura, (también por entonces) se vuelve adicto al cloroformo. Su mente se fue deteriorando. Un día, en estado de delirio, salió corriendo a la calle y les arrojó ácido sulfúrico a dos prostitutas. Fue enviado a la cárcel neoyorquina de Tombs. Se suicidó cortándose una arteria con una navaja de afeitar después de haber inhalado una dosis analgésica de cloroformo”, reseña el anestesiólogo mexicano Juan Pablo Gómez-Rojas.
Se recuerda que el óxido nitroso y el nitrógeno fueron descubiertos por Josef Priestley y Daniel Rutherford, respectivamente. A raíz de estos hallazgos se fundó el Instituto de Medicina Neumática de Clifton, Inglaterra.
Como se reseñó brevemente más arriba, poco después, otro dentista estadounidense, William Morton, demostró en 1846 la eficacia del éter como anestésico general. Pero, hete aquí, que existía un precedente, como nos anoticia el doctor Venturini: “El 30 de marzo de 1842 el médico cirujano Crawford Williamson Long (1815-1878), nacido en Georgia, EE.UU., ya había utilizado el éter con éxito para extirpar un pequeño tumor del cuello al paciente James M. Venable en Jefferson, Georgia. Long tiene el mérito de haber practicado la primera anestesia general a un paciente que debía ser intervenido quirúrgicamente, pero cometió el error de comunicarlo en diciembre de 1849”. Es que Long, en una actitud claramente científica, había decidido contar con mayor cantidad de casos antes de publicar. Pero, lamentablemente, como reza el refrán popular: Cocodrilo que se duerme…
En Inglaterra, en 1847, James Simpson conocido como ´el partero de Edimburgo´ comenzó a aplicar cloroformo en los partos. Por su parte, un encumbrado médico de la época, John Snow, utilizó cloroformo en dos de los partos de la reina Victoria: el del príncipe Leopoldo, en 1853, y el de la princesa Beatriz, en 1856. La reina lo nombró “sir” en agradecimiento. Sin embargo no sería la anestesiología el campo médico que le depararía sus mayores reconocimientos: Snow fue un pionero de la Epidemiología.
El éter se utilizó hasta mediados del siglo XX, cuando se descubrieron otros agentes inhalatorios más potentes, de más fácil manejo y con menores efectos secundarios, como el halotano, que fue a su vez sustituido por el enfluorano, y hoy en día por el sevofluorano y el desfluorano.
En paralelo, se desarrollaron los agentes intravenosos, descubriéndose los barbitúricos a principios del siglo XX (barbital, fenobarbital), y en 1934 apareció el nuevo barbitúrico tiopental o pentotal sódico, utilizado hasta hace poco, siendo sustituido por el propofol, que es el agente intravenoso más utilizado en la actualidad.
No tan solo la disposición de nuevos anestésicos fue clave en este proceso, sino también el desarrollo de instrumental y aparatología, sin contar con los avances que fue experimentando la formación profesional de los anestesiólogos.

Cómo se compone este seriado
En este seriado de notas históricas iremos abordando diferentes hitos en la Historia de la Anestesia, como que en la época de la preanestesia los cirujanos competían por ser el más veloz, con el fin de que los pacientes tuvieran que soportar instensísimos dolores por el menor tiempo posible. En otra nota se abordará cómo procedían los cirujanos militares en los campos de batalla, ´sin anestesia´ con especial atención a las guerras de la independencia en Sudamérica, la guerra de la Argentina con Brasil de 1826-7 y la llamada guerra de la Triple Alianza, contra el Paraguay en 1865-1870.
También se destinará una nota a la primera anestesia que fue realizada con éter, muy tempranamente, en la Argentina, en 1847 (hay datos que señalan que fue a principios de agosto).
Un hito de relevancia, en especial para la FFyB, fue que la primera intervención quirúrgica practicada a un bebé, de un día de nacido, con anestesia general en la Argentina, estuvo a cargo de Ignacio Pirovano quien fue primero farmacéutico y luego médico por la UBA. Los datos disponibles permiten señalar que fue también la primera intervención de este tipo en Sudamérica.
Otro mojón en la historia consistió en que la primera anestesia filmada en el mundo se hizo en Buenos Aires en 1899. En el cortometraje se puede observar al prestigioso cirujano argentino, doctor Alejandro Posadas, de apenas 30 años, operando en el viejo Hospital de Clínicas de la UBA.
Así también otro hito permite mostrar que, desde sus inicios, la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA tuvo como norte la resolución de problemas que afectan a la salud pública. Ocurrió que, para fines de la década de 1950 y principios de la del 60, como secuela de la segunda guerra mundial, no se importaban los nuevos anestésicos gaseosos, y se generalizó la utilización de procaína como anestésico y analgésico general intravenoso y agente anestésico en el espacio peridural. Poco se sabía sobre sus mecanismos y sitios de acción. Tampoco se habían publicado métodos de medida, por lo cual dos investigadores de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, R. Banfi y Regina Wikinski desarrollaron un método original por separación de fases y colorimetría en el por entonces llamado Departamento de Análisis Clínicos de nuestra Facultad.
Finalmente, una nota de este seriado reseñará los hitos más importantes del uso de anestesia en la Odontología, porque allí todo se inició: como ya hemos visto fueron dentistas y cirujanos dentales quienes a mediados del siglo XIX comenzaron a experimentar con los primeros anestésicos.

Bibliografía

Gómez-Rojas, Juan Pablo. (2021). Historia de la anestesiología. Rev Mex Anestesiol., 44(4): 288-299. https://dx.doi.org/10.35366/100875

Venturini, Adolfo Héctor. (2010). Historia de la anestesia en Sudamérica. Asociación de Anestesia, Analgesia y Reanimación de Buenos Aires.https://www.smu.org.uy/dpmc/hmed/historia/articulos/anestesia-sudamerica.pdf

Venturini, Adolfo Héctor y Fuentes., Oscar Alberto. (2006).  La primera anestesia en Buenos Aires. Investigación histórica. Rev. Ar. Anest., 64(3): 150-8. https://www.anestesia.org.ar/search/articulos_completos/1/1/1042/c.pdf

Venturini, Adolfo Héctor. (2013). El comienzo de la etapa anestésica latinoamericana – Revisión histórica. Historia y educación en Anestesiología. Rev. Ar. Anest., Vol. 71 · N º 2, pp.147-153. https://www.anestesia.org.ar/assets/downloads/articles/118/114-RAA71-02_11_Historia.pdf

Amalia Beatriz Dellamea. Centro de Divulgación Científica y Equipo de gestión editorial de Farmacia y Bioquímica en foco. Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.

LA ANESTESIA: UN GRAN HITO MÉDICO QUE CAMBIÓ LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD

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¿Cuál fue el principal motivo por el que fracasó la demostración pública de anestesia con óxido nitroso realizada por Horace Wells?

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¿Qué procedimiento preanestésico consistía en generar pérdida de la conciencia mediante un golpe controlado?

3 / 4

¿Quién realizó la primera anestesia general con éter documentada antes de la demostración de Morton, aunque publicada tardíamente?

4 / 4

¿Cuál fue uno de los aportes relevantes de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA durante la falta de anestésicos gaseosos a mediados del siglo XX?

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  1. En algunas cronologías se señala que el cirujano japonés Hanaoka Seishū (1760-1835) fue el primero en realizar una operación bajo los efectos de la anestesia en 1804, utilizando una  mezcla de alcaloides proveniente de hierbas. El doctor Adolfo Venturini, profesor de Historia de la Anestesia de la Carrera de especialista en Anestesiología de AAARBA y UBA, y  director del Museo de la Anestesia, ha expresado sus dudas al respecto. ↩︎
  2. Como texto complementario se incluye una nota de actualidad sobre el incremento del consumo recreativo de óxido nitroso, que es considerado por la comunidad médica como una ´epidemia´, especialmente en los Estados Unidos y la Unión Europea. ↩︎