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La medicina traslacional es un campo interdisciplinario que combina los hallazgos en la investigación básica con la práctica clínica y de esta manera se acelera el desarrollo de nuevas herramientas de diagnóstico, nuevas terapias y estrategias de prevención para las enfermedades. Esta estrecha colaboración entre investigadores básicos, investigadores clínicos y profesionales de la salud conduce al desarrollo de terapias innovadoras y aumenta el conocimiento de la patogénesis de las enfermedades.

La investigación traslacional o también conocida como “Bench to bedside”, en español “del laboratorio a la cabecera del enfermo”, es el proceso de aplicar ideas, nuevos conceptos y descubrimientos generados por la investigación básica, al tratamiento o prevención de las enfermedades humanas.  Es decir, incluye las investigaciones básicas, preclínicas y clínicas. Sin embargo, no solo se establece esta comunicación en una sola dirección, sino que se trata de un camino de doble sentido entre la ciencia y la clínica a partir de un problema de salud pública o de un paciente. De esta manera, la ciencia aporta nuevo conocimiento, y la clínica ofrece un campo de aplicación, de puesta a prueba, de retroinformación y de identificación de necesidades para la investigación.

Según Pubmed, las publicaciones que se refieren a la investigación traslacional recién empiezan a incrementarse notablemente a partir de 2010, cuando se registraron tan solo 7027 publicaciones. En 2024, los trabajos publicados llegaron a los 40 994, y ya hasta marzo de 2025 se han publicado 10 155. Esto demuestra cómo adquiere cada vez más relevancia la investigación traslacional en diferentescampos disciplinarios, como la oncología, la genética diagnóstica, la medicina preventiva, la psiquiatría, la neurología y las enfermedades cardiovasculares, renales y metabólicas1.

Uno de los beneficios de la medicina traslacional es la integración de la investigación clínica y básica con metodologías de punta como las técnicas por imagen, la bioinformática y uso de inteligencia artificial, el desarrollo de nuevos modelos animales, técnicas moleculares como la genómica, la proteómica, la metabolómica, la terapia celular y génica y la nanomedicina. Para la realización de las investigaciones biomédicas también es fundamental el acceso a biobancos de muestras humanas y a bases de datos.

Por otra parte, la investigación traslacional permite el desarrollo y la validación de nuevos biomarcadores (humorales, genéticos, tisulares) utilizados para el diagnóstico temprano, el seguimiento, la evaluación y la predicción de enfermedades, así como el estudio de mecanismos fisiopatológicos y formulación de nuevos fármacos. Todo esto conduce a aumentar la evidencia científica en la atención sanitaria.

Como se muestra en la figura 1, la investigación traslacional está conformada por 5 etapas (de T0 a T4) en donde pueden intervenir el sistema científico, la industria y los sistemas de salud. Las etapas T0 a T2 permiten la transición desde la investigación básica a los estudios clínicos, es decir del laboratorio al paciente. Mientras que T3 y T4 permiten la incorporación de nuevos conocimientos en la clínica con el objetivo de optimizar las intervenciones y mejorar la salud de la población, es decir desde la práctica clínica a la comunidad2.

Figura 1. Etapas de la investigación traslacional

Es así como a partir de un problema de salud pública o de un paciente, se plantean interrogantes que promueven el desarrollo de investigaciones básicas. Mediante ensayos en humanos se comprueba la aplicación clínica de los hallazgos en el laboratorio. Luego, es necesario evaluar la seguridad y la eficacia de las intervenciones mediante ensayos clínicos y el desarrollo de guías basadas en la evidencia. Posteriormente, se investiga cómo implementar estas guías en la práctica clínica y se requiere de la aprobación por agencias regulatorias. Finalmente, se evalúan los resultados y beneficios de la nueva intervención en la sociedad y a nivel de salud pública, lo cual puede llevar a nuevos interrogantes para la investigación básica, como se observa en la figura 2.

Para ello es importante que se establezca una red de vínculos entre las universidades (que tienen como misión la formación profesional), los laboratorios de investigación básica, los laboratorios de análisis e investigación clínica, los centros públicos y privados de salud, la industria (farmacéutica y biotecnológica) y los centros de análisis estadísticos y de monitoreo de los ensayos. Los profesionales de la salud, entre ellos los bioquímicos y farmacéuticos, pueden cumplir múltiples funciones en cualquiera de las instituciones  mencionadas, mediante la dirección técnica, la ejecución e interpretación de resultados; el desarrollo de investigaciones básicas, clínicas y aplicadas, la búsqueda de nuevos biomarcadores y mecanismos fisiopatológicos; el desarrollo de productos farmacéuticos y biotecnológicos y de reactivos diagnósticos; el desarrollo y la optimización de nuevas tecnologías, y la auditoría, monitoreo y gestión de calidad de ensayos clínicos (figura 2).

Figura 2. Rol del profesional de la salud en la medicina traslacional

Sin embargo, la mayor parte de los hallazgos provenientes de la investigación básica no logran atravesar las etapas de la investigación traslacional. Existen importantes brechas entre la investigación en el laboratorio y la aplicación clínica, denominadas ¨Valles de la Muerte¨, que no permiten que un nuevo conocimiento contribuya en el desarrollo de un nuevo tratamiento, diagnóstico o medida de prevención. Uno de estos valles se encuentra entre la investigación básica y la investigación clínica, mientras el otro valle no permite que los resultados de una investigación clínica sean aplicados en la clínica médica. Esto puede suceder debido a que los conocimientos obtenidos en las investigaciones básicas no se consideran de aplicación relevante para las enfermedades humanas o carecen de financiación, incentivos y experiencia técnica para continuar avanzando.     

Por otra parte, si se considera el desarrollo de un nuevo fármaco, el proceso desde su descubrimiento hasta su comercialización es largo y costoso, ya que puede durar más de 10 a 15 años, con un costo promedio de más de 1 a 2 mil millones de dólares por cada nuevo fármaco aprobado para uso clínico. Si bien resulta un gran logro que un fármaco candidato pase de la fase preclínica a la fase I de ensayo clínico,se estima que el 90% de los fármacos candidatos que ingresan a los estudios clínicos fracasan durante las fases I, II y III y la aprobación regulatoria3, 4.

Para atravesar estos valles de la muerte, se requieren diferentes estrategias, como la formación de los profesionales en investigación y medicina traslacional, fomentar una mayor interacción de grupos de investigación básica y clínica, y disponer de financiamientos que permitan realmente cumplir con los objetivos planteados.

Relacionado con la formación de los profesionales, en nuestra Facultad de Farmacia y Bioquímica, se está dictando la asignatura optativa ¨El profesional Bioquímico en la Investigación Traslacional¨ para los estudiantes de Bioquímica próximos a graduarse, y un curso de posgrado sobre el tema destinado a farmacéuticos, bioquímicos y otros profesionales de la salud interesados en la medicina traslacional. Ambas son propuestas innovadoras que permiten acercar a los profesionales y estudiantes a diferentes ámbitos laborales en los que se realiza investigación traslacional en ciencias biomédicas. La interacción de los estudiantes con los docentes expertos resulta enriquecedora y abre una nueva perspectiva para su desarrollo profesional. En conclusión, la medicina traslacional tiene como objetivo integrar la investigación básica y clínica con el fin de responder a problemas y necesidades de salud de la sociedad, respetando los aspectos éticos, de seguridad, calidad y eficacia de las intervenciones.  El éxito de la traslación de la investigación del laboratorio al paciente depende de tres grandes pilares: en primer lugar, de un equipo científico multidisciplinario; en segundo, de la coordinación interorganizacional de los centros de investigación, las fundaciones sin fines de lucro, las industrias farmacéutica y biotecnológica, las políticas de estado y los centros de salud y, en tercer lugar, del apoyo de las agencias de financiamiento. Como profesionales de la salud, podemos intervenir en una o varias de las etapas de la investigación traslacional… ¿vos de cuál podrías formar parte?

Analía Lorena Tomat es bioquímica, doctora de la Universidad de Buenos Aires (UBA), profesora asociada de la cátedra de Fisiología, profesora a cargo de la asignatura ¨El Profesional Bioquímico en la Investigación Traslacional, directora del curso de posgrado ¨El Profesional de la Salud en la Investigación Traslacional¨ de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA. Es investigadora independiente del Conicet y miembro del Comité editorial de FFyB En Foco.

Cristina Arranz es profesora titular consulta de Fisiología, Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA.Directora del Curso de posgrado ¨El profesional de la Salud en la Investigación traslacional¨, FFyB, UBA. Exdecana de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA. Miembro del Comité editorial de la Revista Hipertensión Arterial y Riesgo Vascular, Editorial Elsevier.

Bibliografía

  1. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/
  2. Wichman C., Smith, L. M., Yu, F. (2020). A framework for clinical and translational research in the era of rigor and reproducibility. J ClinTransl Sci., 5(1):e31. doi: 10.1017/cts.2020.523.
  3. Sun, D., Gao, W., Hu, H., Zhou, S. (2022). Why 90% of clinical drug development fails and how to improve it? Acta Pharm Sin B. 12(7):3049-3062. doi: 10.1016/j.apsb.2022.02.002.
  4. Seyhan, A.A. (2019). Lost in translation: the valley of death across preclinical and clinical divide – identification of problems and overcoming obstacles. TranslMed Commun, 4, 18. https://doi.org/10.1186/s41231-019-0050-7