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El 12 de agosto de 1856, Don Bartolomé Marenco convocó a 43 farmacéuticos para constituir la Asociación Farmacéutica Bonaerense. Su objetivo, según sus propias palabras, era promover intereses profesionales y particulares con el fin de procurar los esfuerzos comunes para poner a la Farmacia al nivel que le correspondía en el país. Don Marenco fue un destacado profesor de Farmacia que intervenía en las reválidas de los títulos de farmacéutico por el Tribunal de Medicina de Buenos Aires (1845-1852).

El lugar de reunión fue la antigua Botica de Torres, ubicada en la calle Defensa 69 (frente a la Iglesia de San Francisco) regenteada por el farmacéutico Santiago Torres. A lo largo de la historia, tanto a nivel nacional como internacional, las tertulias de rebotica eran centros de reunión donde acudían el médico, el político, el escritor, el religioso y otras personalidades. De esos encuentros nacían sociedades científicas o literarias.

La Asociación Farmacéutica Bonaerense desarrolló una prolífica actividad que marcó el camino de la Farmacia y Bioquímica en la República Argentina, enalteciendo ambas profesiones, Entre los primeros logros podemos destacar:

  • Defensa de la profesión Farmacéutica y Bioquímica.
  • Intervención en la redacción de la Farmacopea Nacional Argentina (1893).
  • Organización del primer Congreso Farmacéutico en 1916.
  • Adecuación de los planes de estudio de la carrera de Farmacia a los progresos de la Nación.
  • Incorporación de farmacéuticos en el Consejo de Higiene Pública.
  • Creación de una biblioteca para uso de sus socios.
  • Generación de vínculos estrechos con asociaciones similares en el país y en el exterior.
  • Impulsaron la sanción de la ley que rige el ejercicio de la Farmacia, afianzando efectos legales de aquella.

En 1858 la Asociación ya tenía el reconocimiento oficial del Gobierno.

Nace su órgano de difusión La Revista Farmacéutica. Impresa en la Librería de las Revistas, Plaza de la Victoria, convirtiéndose en la más antigua de las publicaciones farmacéuticas escritas en castellano existentes en América Latina. Decana de los periódicos, cualquiera sea su temática, que se editan en la Argentina.

 Es importante destacar que la Revista Farmacéutica ocupa el 9° lugar en la ubicación cronológica entre sus pares, que se sigue editando con continuidad desde que se fundó. Tenía corresponsales en distintas ciudades del mundo: Madríd, New York, París, Londres, Zurich, entre otras.

El 5 de enero de 1863, durante el gobierno del General Mitre, un decreto refrendado por el ministro del Interior Guillermo Rawson, autoriza a usar el nombre de Sociedad de Farmacia Nacional Argentina. Nuestra institución recibió notas de reconocimiento del Presidente de la Facultad de Medicina Dr. Francisco Javier Muñiz y de Presidentes de la Nación como los Dres. Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento.

En 1878, la Sociedad de Farmacia Nacional Argentina toma la denominación que se mantendrá hasta el 29 de mayo de 1934 que por un decreto del Poder Ejecutivo de la Nación prohíbe el uso de la palabra “nacional”. A pesar del recurso de excepción interpuesto, pasó a denominarse Asociación Farmacéutica y Bioquímica Argentina con la aparición de un boletín profesional llamado “Acción Farmacéutica”. En 1919 se crea la carrera de Bioquímica, gracias al proyecto generado por los Dres. Juan A. Sánchez y Osvaldo Loudet, cumpliendo la Asociación un rol de acompañamiento.

En 1962 cambia el nombre por Colegio Farmacéutico y Bioquímico de la Capital Federal.

El 30 de agosto de 1968 toma la denominación de Academia Argentina de Farmacia y Bioquímica y en 1999 Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica.

Distinguidas personalidades fueron y son integrantes, ya sea como miembros Honorarios o como Titulares, Correspondientes y Asociados. Una mención a manera de ejemplos, nos recuerda a los Honorarios Sarmiento, Mitre, Burmeister, Handbury, Gutierrez, Puiggari, Murray, Pirovano, Dorvault,  Montes de Oca, Muñiz, García,  Álvarez, Kyle, Domínguez y los ya más cercanos en el tiempo, al Premio Nobel Bernardo Houssay, quién fuera homenajeado por la entidad al cumplir sus Bodas de Oro como Farmacéutico, y Federico Mayor Zaragoza, ilustre farmacéutico que llegara a ser Ministro de la Salud del Estado Español y durante muchos años también relevante Director de la UNESCO. Cuenta entre sus miembros con ilustres académicos extranjeros.

La entidad madre nacida en 1856, con el paso del tiempo dio origen a colegios, cooperativas, cámaras sindicales, federaciones, confederaciones, entre otros. Fue respetada y rectora dentro del ámbito universitario y profesional.

La Academia hoy

La Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica (ANFYB) tiene como objetivos fundamentales defender y valorizar la profesión farmacéutica y bioquímica, incentivar, cultivar y promover las Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas y defender la educación. En particular, en este último tema, desempeña un papel importante en la promoción de la educación de grado y la formación continua de farmacéuticos y bioquímicos.

Otros objetivos, no menos importantes, son: brindar asesoramiento a pedido de las autoridades gubernamentales sobre temas relacionados con la Farmacia y la Bioquímica; promover la colaboración interprofesional entre farmacéuticos, bioquímicos y otros profesionales de la salud y comunicar las ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas al público.

El Claustro de la ANFYB está constituido por alrededor de 40 miembros, especialistas en las distintas disciplinas que abarcan la Farmacia y la Bioquímica, y organizados en una institución civil sin fines de lucro, bajo la dirección de un Consejo Directivo. Las tareas se organizan en forma de Secciones y Comisiones que cubren áreas y temas específicas.

Para el logro de sus objetivos la academia organiza conferencias y jornadas que cuentan con la presencia de destacadas personalidades del país y del exterior, sobre temas de actualidad, actividades que son absolutamente gratuitas; participa de encuentros interacadémicos con otras academias del país, en los cuales se tratan distintas problématicas que afectan al mismo y se discute cual puede ser el aporte de las academias para su solución. Todo los años otorga los Premios Anuales ya sea a trabajos experimentales originales, a la trayectoria o a jóvenes investigadores. Además, otorga en forma trienal el Premio Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica a personas o entidades que hayan contribuido en forma extraordinaria al progreso y enaltecimiento de la ciencia y profesión farmacéutica y bioquímica.

Posee varios canales de comunicación: una página web donde se publican las actividades y documentos de opinión sobre temas profesionales; un boletín, que se emite periódicamente, con un resumen también de sus actividades; edita la Revista Farmacéutica, con continuidad desde 1858, que recibe trabajos originales de investigación. Recientemente hemos incorporado nuestro perfil en las redes Linkedin e Instagram con el propósito de atraer jóvenes estudiantes, docentes y profesionales a nuestras actividades.

La Academia Nacional de Farmacia y Bioquímica celebra este año su 169 aniversario. Si bien sus actividades se han ido adaptando y adecuando al mundo actual tan cambiante, sigue manteniendo inalterados los mismos principios y valores que impulsaron los profesionales que participaron en su creación.

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