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La población de adultos mayores requiere una atención diferente ya que al menos el 82,8 % de mayores de 65 años consume más fármacos según su enfermedad. Es evidente que presentarán algunas reacciones adversas a los medicamentos (RAM), es decir efectos no deseados de sus dosis terapéuticas y las interacciones que pueda haber entre ellos.

El organismo de un adulto mayor se va modificando con el tiempo, lo que se expresa en una disminución del agua corporal; reducción de la masa muscular; incremento relativo de grasa corporal, es decir aumento de peso; deterioro de la función de los riñones, que se traduce en una alteración de la acción del fármaco que, en consecuencia, puede tardar en actuar, durar más tiempo su efecto o ser eliminadomás lentamente.

Un 82,8 % de mayores de 65 años consume más fármacos según su enfermedad. Es evidente que presentarán algunas reacciones adversas a los medicamentos.

En la incidencia de las reacciones adversas a los medicamentos tiene injerencia la polimedicación.  “Es la polimedicación lo que hace que en los adultos mayores haya más eventos adversos, la mayoría de estos tienen que ver con el metabolismo de los pacientes”, explica Eduardo Lagomarsino, doctor en Farmacia por la Universidad de Buenos Aires (UBA).

La polimedicación lo que hace que en los adultos mayores haya más eventos adversos, la mayoría de estos tienen que ver con el metabolismo de los pacientes.

En el adulto mayor una terapia farmacológica tiene un potencial tanto de efecto beneficioso como perjudicial, por eso existen diversas herramientas para facilitar la correcta prescripción, como los criterios STOPP-START (Screening Toolof Older Persons’ Prescription/Screening Tool to Alert Right Treatment), publicados en 2008 en Irlanda. En 2023 se publicó la versión 3, consistente en una lista actualizada de medicamentos potencialmente inapropiados y posibles omisiones en la prescripción que tiene como objetivo optimizar la medicación y disminuir las reacciones adversas a los medicamentos en personas mayores, en particular aquellas con múltiples enfermedades y polifarmacia.

“Otra herramienta fundamental para optimizar la farmacoterapéutica son los criterios de Beers”, puntualiza Lagomarsino, también profesor plenario de la Cátedra Farmacia Clínica, de la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA. Los criterios de Beers fueron creados en 1991 por el doctor Mark Howard Beers, geriatra estadounidense, y publicados en 2012 por la American Geriatrics Society. Se trata de una lista de medicamentos que se consideran potencialmente inapropiados para adultos mayores de 65 años o más, se actualiza cada tres años y su objetivo es mejorar la terapia con medicamentos y los resultados en los pacientes, evaluar costos, patrones y calidad de la atención. Son utilizados por médicos, educadores, investigadores, administradores de atención médica y reguladores.  

En 2022, se publicó en la revista Evidencia, una adaptación de los criterios de Beers para su aplicación en la Argentina. Allí, se excluyeron 36 medicamentos originales y se agregaron 23 que no se comercializan en los EE.UU., pero sí en la Argentina.

“En pacientes geriátricos los gerontólogos los tienen muy en cuenta, ya que como las siglas lo dicen son criterios para iniciar un tratamiento con un nuevo fármaco, que son los START; o bien para detener un tratamiento, que son los criterios STOPP”, destaca Lagomarsino, también director del Centro de Información de Medicamentos (CENIME) de la FFyB.

Los comienzos de la geriatría se dieron por los avances técnicos y científicos producidos durante los siglos XIX y XX, que permitieron investigar sobre el envejecimiento. En 1909 el médico austríaco Ignatz L. Nascher fue el primero en utilizar el término geriatría para referirse a la rama de la medicina relativa a la vejez y sus enfermedades. En los Estados Unidos en 1942 se fundó la Sociedad Americana de Geriatría.

Tempranamente en la Argentina, en 1946, quien sería un año más tarde el Premio Nobel de Medicina, el doctor Bernardo Houssay, ya había organizado un grupo dedicado al estudio del envejecimiento. El 25 de abril de 1951 se constituyó la Sociedad Argentina de Geriatría y Gerontología. El 14 de diciembre de 1990 la Asamblea de las Naciones Unidas, a través de la resolución 45/106, designó al 1 de octubre Día Internacional de las Personas Mayores.

Actualmente la esperanza de vida al nacer supera los 75 años en la mitad de los países o zonas del mundo, según las Naciones Unidas. La Organización Mundial de la Salud señala que en 2020 el número de personas mayores de 60 años o más superó a menores de 5 años; también refiere que entre 2015 y 2050 el porcentaje de habitantes del planeta mayores de 60 años casi se duplicará, es decir del 12 % pasará al 22 %, por lo que en 2030 una de cada seis personas en el mundo tendrá 60 años o más.

Esos datos indican que a futuro la población a nivel mundial estará potencialmente polimedicada. “Es importante contar con un médico de cabecera que reúna toda la información de los médicos prescriptores especialistas para optimizar la farmacoterapia”, advierte Lagomarsino quien además es director de la carrera de especialización en Farmacia Hospitalaria de la FFyB. A lo que agrega: “Es cierto también que vivimos en una sociedad medicalizada, que privilegia la comodidad y los resultados a corto plazo. Pero, algunas situaciones podrían modificarse si se mejoraran ciertos hábitos, como los alimenticios, o incrementar la realización de actividad física; serían otros recursos que permitirían prescindir de algunos medicamentos”.

“Por otra parte, es importante informar apropiadamente a los adultos mayores, y propiciar que los médicos desarrollen una relación empática con los pacientes para informarlos sobre la medicación que se le prescribió y, así, en algunas situaciones evitar la polifarmacia”, dice Lagomarsino, también investigador del Instituto de Tecnología Farmacéutica y Biofarmacia (InTecFyB).

En el Hospital de Clínicas de la UBA funciona la Unidad de Optimización Farmacoterapéutica, un servicio gratuito dedicado a adultos mayores que quieran consultar sobre la optimización de su farmacoterapia.

Es de destacar que en el Hospital de Clínicas General José de San Martín de la Universidad de Buenos Aires, en la Farmacia, funciona la Unidad de Optimización Farmacoterapéutica (UOF), que está a cargo de docentes de la cátedra de Farmacia Clínica de la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Se trata de un servicio gratuito dedicado a adultos mayores que estén interesados en consultar sobre la optimización de su farmacoterapia.

Bibliografía

Calabró, Pablo et al. Criterios de Beers para identificar el consumo de medicación potencialmente inapropiada: adaptación para su aplicación en Argentina. Evidencia – actualización En La práctica Ambulatoria25(4), e007032. https://doi.org/10.51987/evidencia.v26i1.7032

Delgado-Silveira, Eva et al. Versión en español de los criterios STOPP/START 3. Avances en la detección de la prescripción inapropiada de medicamentos en personas mayores. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 2023; 58.DOI: 10.1016/j.regg.2023.101407 Pérez Fácila, A., Notario Dongil C. Interacciones entre fármacos y alimentos.Boletín farmacoterapéutico de Castilla – La Mancha. 2022. Volumen  XXXIII, número 3.https://sanidad.castillalamancha.es/sites/sescam.castillalamancha.es/files/documentos/farmacia/bft_2022_3_interacciones_entre_farmacos_y_alimentos.pdf

Mónica B. Giménez, técnica superior en Enfermería, Hospital Italiano de La Plata; médica por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), fellow Clínica Médica y médica hospitalista en el Hospital Italiano de La Plata. Se formó como comunicadora en salud en la Sociedad Argentina de Periodismo Médico (SAPEM) de la Asociación Médica Argentina (AMA).