UN ODONTÓLOGO POR AHÍ…
Los diferentes trastornos de la alimentación son puestos en foco cada año por la Organización Mundial de la Salud para hacer visible y evidente las influencias biológicas, psicológicas y sociales que encierran. Los odontólogos son, en muchas ocasiones, los primeros profesionales de la salud que identifican estas patologías y pueden colaborar activamente en su abordaje.
El 30 de noviembre se celebra el día Internacional de la lucha contra los trastornos de la conducta alimentaria (TCA), que se simboliza con un lazo azul, para visibilizar la importancia de la prevención y la detección precoz de este tipo de alteraciones y huir de la estigmatización y el exceso de juicios sociales que, de forma frecuente, las rodean. En esta nota nos proponemos destacar el papel clave de los odontólogos en el diagnóstico e, incluso, en el tratamiento desde una perspectiva multidisciplinar.
Los trastornos de la conducta alimentaria son un problema grave de salud pública. Aparecen entre la adolescencia y la edad adulta, afectan con frecuencia a las mujeres, pero cada vez más a varones.
Nada puede ser más cotidiano que el acto de comer, ingerir alimentos para nuestro bienestar y supervivencia, pero cuando deja de ser un hábito sano y placentero para transformarse en un trastorno, las consecuencias y complicaciones devastan a las sociedades, aún a las más organizadas, han explicado especialistas en el tema, desde diferentes áreas de la salud.
De acuerdo con trabajos publicados en España, los TCA se han acelerado vertiginosamente, convirtiéndose en un problema de salud pública. Aparecen entre la adolescencia y la edad adulta y afectan con frecuencia a las mujeres, pero también cada vez más a varones. La educación y la contención en edades tempranas sobre un uso responsable de la tecnología dan un marco para definirla como “epidemia silenciosa”, argumentó Fernando Fernández-Aranda, catedrático en Psicología en la Universidad de Barcelona, director científico del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge.
Alemania, por ejemplo, ha logrado avances significativos en la mejora de la salud bucal, pero pese a ello, la disparidad y la vulnerabilidad frente a los TCA hacen rever situaciones sociales a nivel odontológico, enfatizando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): “Estar atentos en simples consultas de rutina frente a lesiones de piezas dentales por sospecha de vómitos inducidos y la acción de los ácidos estomacales, que ocasionan una marcada desmineralización del esmalte, como también, lesiones en mucosa, en paladar y la pérdida de dientes o muelas a temprana edad”.
QUÉ OCURRE EN LA ARGENTINA
En la República Argentina, una de cada 20 personas padece trastornos alimentarios con repercusión para su salud y con el consiguiente disparador emocional y conflictivo para su entorno familiar. Los datos de centros especializados en investigación y tratamiento de los TCA indican que entre el 12 % y 15 % de los adolescentes los padecen. A nivel mundial, la Argentina es el segundo país, luego de Japón, según registros de la OMS. Se ha podido observar, ya en 2014, que entre las provincias que fueron incrementando sus casos, se encontraban Buenos Aires, Santa Fe, y en tercer orden, Mendoza. La Fundación CETAI, especializada en trastornos alimentarios y emocionales de la infancia y adolescencia, asegura que cada vez se da en edades más tempranas.
En la Argentina 1 de cada 20 personas padece estos trastornos, con repercusión para su salud y el consiguiente disparador emocional y conflictivo para su entorno familiar.
En época escolar se registra un aumento del 30 % en las consultas por trastornos alimentarios, según informó la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA). “Para todos los que tienen algún trastorno alimenticio, la época de clases propicia que los padres, o pongan más atención en el estudio que en la comida o bien que no puedan saber si sus hijos se dan un atracón o dejan de comer en el colegio”, explicó Mabel Bello, médica asesora de ALUBA, en agosto de 2024 a la extinta Agencia Télam. Para la especialista, además “las tareas o exámenes a veces también se usan como excusa para no comer”. Y agregó: “Cuando los docentes o compañeros de los jóvenes con trastornos alimenticios alertan a la familia sobre lo que está pasando, la preocupación hace que llegue a crecer hasta un 30% las consultas sobre bulimia o anorexia”.
HAY UN ODONTÓLOGO…
Para la atención en el área de la Odontología se toman en cuenta las manifestaciones bucales de primera visualización, como también las respuestas dadas en la confección de la historia clínica del paciente, la presencia de lesiones en nudillos (signo de Russell), entre otras. Así también, se observan manifestaciones posturales y del lenguaje corporal: el paciente suele instalarse en una posición de hundimiento en el sillón dental, realiza movimientos, estira las mangas de sus prendas tratando de taparse los brazos y manos, también puede frotarse nerviosamente los muslos y sacudir los pies cuando se le pide que muestre la lengua o abra la boca. Como paliativo, en la historia clínica, mencionan ingerir con frecuencia en el día caramelos para aliviar el ardor de la lengua.
El primer contacto puede presentarse de manera presencial en el servicio de guardia por dolor o molestia crónica en la lengua. Según refieren profesionales del Hospital Universitario de la Facultad de Odontología de la Universidad de Buenos Aires, el ingreso es solo por emergencia y, ante la posibilidad de un TCA, se procede a su derivación y posterior seguimiento en las distintas cátedras, explicó la odontóloga Paula Vázquez, M.N. 30305, quien trabaja en el servicio atención de la Guardia del Hospital. Así por citar un ejemplo, si se detectan trastornos en la lengua, el paciente es derivado a la cátedra de Clínica Estomatológica.
Dentro de las manifestaciones orales se encuentran: sensibilidad dental extrema, ardor general de la boca (síndrome de ardor bucal, SAB), lesiones en mucosas y piezas dentales. También, las glándulas salivales mayores, sobre todo la parótida, pueden aumentar de tamaño en estos trastornos alimentarios. La seriedad del agrandamiento es proporcional a la frecuencia con que se induce el vómito; esta situación no es dolorosa, pero la consulta se realiza por la deformidad estética. En zonas de la lengua se puede presentar eritema y ardor, además de infecciones provocadas por el hongo Cándida albicans. El paladar blando puede observarse de coloración amarillenta y con úlceras traumáticas.
Consultamos en la Universidad de Buenos Aires, en una de las cátedras a donde son derivados los pacientes que ingresan a la guardia: “El síndrome de ardor bucal no es patognomónico, es decir no es específico ni concluyente para los TCA; pero sí un síntoma de diagnóstico de varias patologías que alertan al paciente en su molestia para recurrir, quizás a la primera consulta. Y así pueden realizarse los estudios de diferenciación necesarios para el tratamiento”, relata la odontóloga Sandra Belloni, jefa de trabajos prácticos de la cátedra de Clínica Estomatológica, de la carrera de grado de la UBA y docente titular de esa asignatura también en la carrera de Odontología de la Universidad del Salvador (USAL-AOA).
Al ser el primer profesional al que recurren en muchas ocasiones, es necesario que el odontólogo tenga destreza y tacto a la hora de sugerir la intervención psicológica
Entre las recomendaciones para los odontólogos figuran: tener en cuenta la importancia de las preguntas para la atención porque algunos pacientes no saben que tienen un TCA, simplemente acuden a hacerse una limpieza o revisión dental. Al ser el primer profesional al que recurren, es necesario que el odontólogo tenga destreza y tacto a la hora de sugerir la intervención psicológica. En otras ocasiones el paciente tiene baja conciencia de la enfermedad y acude a la consulta porque la familia ha notado modificaciones en su conducta. También puede ser interesante preguntar por las perspectivas que tiene acerca del tratamiento dental y lo que espera del mismo. Es importante en todos los casos tener empatía, escucha activa y no juzgar, no querer que nuestro mensaje sea predominante frente a su discurso, según lo expresado por profesionales españoles en La Gaceta Dental.
IMPORTANCIA DE LA FORMACIÓN
Expertos de España, Chile, Argentina, entre otros, han advertido sobre la necesidad de incorporar en la formación de grado, pero también en posgrado, contenidos teórico-prácticos relativos a los TCA.
En el caso de la UBA, “para el abordaje terapéutico, dentro del plan de estudio se destina un apartado específico al sistema digestivo, donde se profundizan los conocimientos de los TCA para establecer pautas de tratamiento resolutivo”, comenta la odontóloga Verónica Pascual, M.N. 25.643, jefa de trabajos prácticos de la cátedra de Medicina Interna. Además, recalca la importancia de inculcar la empatía en los profesionales para llegar a un pronóstico favorable. A su vez, en la Facultad de Odontología de la Universidad Kennedy, donde Pascual también se desempeña como titular, se hace hincapié en la inmersión teórico-práctica interdisciplinaria.
CONCLUSIÓN
El odontólogo tiene que entablar una buena comunicación con el paciente para llevar a cabo una higiene oral adecuada y controlada en trabajo interdisciplinario.
En la práctica clínica el odontólogo realiza topicaciones con flúor para disminuir la acción de los ácidos. Y trabaja muy especialmente en advertir y explicar a los pacientes que no deben cepillarse los dientes inmediatamente después de vomitar, una conducta frecuente en quienes padecen trastornos alimentarios, ya que acelera la destrucción del esmalte. También se recomienda el uso de fluoruros de sodio al 0.05 % para neutralizar la acción de los ácidos. Recuérdese que el vómito tiene un pH de alrededor de 3.8, cuando el valor de 7 es el que se considera neutro.
El tratamiento incluye una limpieza controlada, con raspaje y alisado de la superficie dental y la eliminación de las caries provocadas por la desmineralización del esmalte. Pueden realizarse, además, recubrimientos y reconstrucciones de las erosiones, principalmente las de las caras palatinas (las que están próximas al paladar) y las linguales (cercanas o en contacto con la lengua). Así también pueden ser necesarios tratamientos de conducto cuando no se registró evolución positiva por recaídas reiteradas del cuadro, y rehabilitación con pernos y coronas para evitar en lo posible las tan temidas extracciones dentales y las prótesis removibles.
Dado que los trastornos alimentarios son problemas de salud mental, los odontólogos no pueden diagnosticarlos. Ahora bien, como ya se advirtió, el tratamiento debe realizarse desde una perspectiva multidisciplinar, con equipos de médicos, psicólogos, nutricionistas y también odontólogos, para delinear juntos planes que aborden todos los aspectos de la recuperación de los pacientes.
Los trastornos alimentarios son problemas de salud mental, los odontólogos no pueden diagnosticarlos. Pero, el tratamiento debe ser multidisciplinar, con equipos de médicos, psicólogos, nutricionistas y también odontólogos.
Por otra parte, el deterioro de la salud bucal de las personas con trastornos de la alimentación no solo debe ser tomado como indicador para un diagnóstico, sino que en sí mismo representa un riesgo para la salud que debe ser atendido con la prontitud posible.
Fuentes
Fernández Aranda, Fernando. La regulación emocional como característica diagnóstica en los trastornos alimenticios. Enfoque trasversal y longitudinal. Revista europea de trastornos alimenticios 2022; 1, 53-61.
Raftu, M.; Paredes Rodríguez, VM.; Gazzera, F.; Solís González, S.; García-Riart Monzón, M.; Hernández Vallejo, G. Manejo odontológico del paciente con trastornos de la alimentación. Cient. Dent. 2018; 15; 3; 225-231.
Roblez Vargas, Jennifer Paulina. Manifestaciones orales en pacientes con anorexia mediante revisiones bibliográficas. Universidad Nacional de Loja. Facultad de Salud Humana. Carrera de Odontología. 2023.
Vilaza Dallago, Isabella Antonella. Evaluación diagnóstica del conocimiento de odontólogos y estudiantes de odontología, respecto de los trastornos de la conducta alimentaria y su relación con el componente estomatológico de la salud. Trabajo de investigación para optar al título de cirujano dentista. Facultad de Odontología. Universidad de Chile. https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/137990/Evaluaci%C3%B3n-diagn%C3%B3stica-del-conocimiento-de-odont%C3%B3logos-y-estudiantes-de-odontolog%C3%ADa.pdf?sequence=1
¿Cómo acceder a una consulta médica para diagnóstico y tratamiento de TCA? La ley 26.396 declara de interés nacional la prevención y control de los trastornos alimentarios. La norma los incorpora en el programa (artículo 15 y 16) obligando a obras sociales y medicinas prepagas su atención integral. En los hospitales públicos funciona una RED TCA (fuente: www.defensoria.org.ar)
Selva Isabel Sánchez es odontóloga por la Universidad de Buenos Aires. M.N. 19462. Se formó como periodista digital especializada en salud en la Sociedad de Periodismo Médico (SAPEM), de la Asociación Argentina (AMA).