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Es importante cuando un museo posee una colección realizar una correcta catalogación. Pero ¿qué se entiende por catalogar? Es la elaboración de un material documental de forma estandarizada con el objetivo de identificar adecuadamente los artículos que la conforman.

La catalogación requiere de una serie de pasos que se inician con la cuantificación de las piezas y su numeración, luego con una descripción exhaustiva que incluye la fotografía del objeto y, finalmente, el traspaso de esa información a una ficha en papel o digital.
A través del tiempo, los principios activos y excipientes usados en la farmacia (sólidos y líquidos) se conservaron en recipientes diversos, como los frascos de vidrio. Estos objetos evolucionaron en las distintas épocas y parte de su evolución está relacionada con la materia que los compone, el vidrio, y por otro no menos significativo que es el desarrollo del conocimiento farmacéutico.
En este artículo nos ocuparemos de los frascos de vidrio contenedores de las materias primas para realizar medicamentos utilizados desde la primitiva botica hasta la farmacia del siglo XX.

¿Se pueden catalogar los frascos de vidrio de farmacia?
La respuesta es sí. Todo objeto se puede catalogar, pero para hacerlo hay que estudiarlo detenidamente, y es a partir de ese estudio que se identifican los parámetros que permiten identificarlo. Una descripción exhaustiva contempla las dimensiones, el tipo de vidrio, el color, la técnica de fabricación y la procedencia.
Para catalogar un frasco de botica se deberán tener en cuenta los siguientes pasos:
1. Descripción de las partes constitutivas y medida de las dimensiones
Se debe comenzar con una descripción de los frascos utilizando la terminología de la foto 1. Luego es necesario efectuar las mediciones: altura del frasco con o sin tapón, diámetro del cuerpo y de la base.

Componentes de un frasco

2. Morfología y tipología de los frascos

Se entiende por morfología el estudio de la forma del frasco y de su tapa. Mientras que la tipología es el estudio de la clase de objeto, y está ligada a su función. Hay una relación entre el contenido de estos envases y la forma del cuello y de la boca (ver Foto 2). Otra cuestión importante es considerar el estudio de su etiqueta, cuando se encuentra alterada o se ha perdido, para determinar cuál fue la sustancia que posiblemente se guardó allí.

I – Jarabe –  Es un envase de jarabe, es decir un líquido espeso con alta concentración de azúcar. La boca y el cuello son angostos para facilitar su volcado y su conservación
II – Elixir –  Se trata de un elixir, una preparación con elevada concentración de alcohol con un vaso en forma de capuchón para evitar su evaporación
III – Polvos y trozos – Finalmente un frasco para polvos, drogas en estado sólido y vegetales. La boca ancha permite su extracción más fácilmente. El agregado del esmerilado del tapón permite un mayor ajuste y preserva mejor de la acción del oxígeno y la humedad.

3. Composición del vidrio

La materia constitutiva de los frascos de botica es el vidrio. Pero no todos los vidrios son iguales. Su composición está relacionada en el caso de los más antiguos también con la materia prima utilizada para su fabricación y, por lo tanto, con el lugar de origen. Por ejemplo, los vidrios potásicos se utilizaron en el llamado “vidrio del bosque” provenientes de la zona norte de Europa (Alemania, Checoslovaquia, Polonia) desde el siglo X, mientras que los vidrios sódicos fueron característicos de la zona sur europea (Italia).

El vidrio plúmbico o plomado, conocido popularmente como “cristal” se comienza a utilizar masivamente en Inglaterra hacia el 1600 y luego se disemina en el continente europeo alcanzando en la zona checo-germana su verdadero apogeo. Actualmente, la República Checa sigue fabricando y exportando a todo el mundo sus piezas de cristal con un contenido de hasta el 24 % de plomo. El cristal o vidrio plúmbico se diferencia de otros tipos de vidrio, ya que presenta una superficie tersa al tacto, posee un alto índice de refracción (brilla), tiene sonoridad cuando se lo golpea suavemente y, por su menor dureza superficial, es fácil de tallar y grabar. Pero tiene menos resistencia al ataque de químicos corrosivos.

4. Técnica de fabricación

La técnica de fabricación está ligada a la evolución de los objetos de vidrio y también orienta acerca de la antigüedad de un objeto. Inicialmente la más popular fue el soplado al aire, una técnica artesanal que se empleó en todo el mundo; le siguió el soplado en molde, que permitió dar una forma estandarizada a los objetos. Luego desde la revolución industrial la producción por máquinas semiautomáticas (1881, EE.UU.; 1886, Inglaterra) y posteriormente automáticas (1907, EE.UU.) amplió el número de unidades e incrementó el comercio y la distribución de los frascos desde los países más hacia los menos industrializados.

Los objetos obtenidos por la técnica artesanal de soplado al aire se distinguen por presentar en su base una cicatriz (llamado pontil) debido a que se impulsa el aire a través de una vara metálica. Cuando se sopla el vidrio dentro de un molde se observa el pontil y además costuras en los lugares donde el molde ajusta. Los mecanizados en las máquinas semiautomáticas presentan costuras en los laterales, además de marcas en la base que los totalmente automatizados no poseen.

5. Color

El color es una característica importante de los frascos y está relacionado con la estabilidad y conservación de los principios activos contenidos en ellos. La luz es un factor ambiental perjudicial, por lo que para evitar su acción, se incorporan pigmentos coloreados al vidrio.

El color llamado caramelo o ámbar (con sales de hierro) es el tinte más protector, mientras que el incoloro es el menos. El verde-amarillento (con sales de uranio), que es un excelente protector lumínico fue utilizado especialmente en la zona de Bohemia (Alemania-República Checa) pero por su alto costo luego fue discontinuado. Con el tiempo y el incremento del conocimiento farmacéutico, los vidrios azules inicialmente considerados protectores fueron relegados a la identificación del contenido de sustancias peligrosas. Frascos de un azul intenso brillante fueron elaborados desde fines del 1700 en Bristol (Inglaterra), usando azul de cobalto como pigmento.

6. Procedencia de los frascos

El siguiente paso en la catalogación consiste en identificar el origen del frasco. Pero no siempre aparecen marcas identificatorias. En particular, las fábricas inglesas y las estadounidenses presentan marcas identificables desde finales del siglo XIX y XX por sus normativas con respecto al registro de patentes. Los frascos alemanes y franceses rara vez incluyen algún sello.

Particularmente, en los franceses puede verse un número relacionado con el volumen del contenido. Se debe recordar que este país fue pionero en cuanto a los patrones de pesos y medidas. En el caso de los objetos germanos, por ejemplo la fábrica Riedel, colocó su marca después de 1895, por lo tanto para estimar su origen debe contemplarse la forma de la pieza, la calidad del vidrio y el tipo de etiqueta. Existen algunas piezas que tienen grabado “ALEMANIA” o una localidad llamada Dresden, porque estas piezas estaban destinadas a su exportación.

En general los frascos de la zona de Bohemia son muy atractivos, existen dos tipos básicos: los facetados y los no facetados (de cuerpo redondo), incluyen etiquetas de porcelana o esmaltadas horneadas con rebordes en oro, con formas de escudos, a veces decoradas con dibujos de roleos vegetales (ver Frasco facetado alemán).

Frasco facetado alemán
Etiquetas vidriadas

Las etiquetas también orientan sobre la antigüedad y la procedencia de la pieza, pero no deben considerarse en forma individual sino en el contexto de todos los elementos componentes del frasco. En Inglaterra y Estados Unidos (Walton, 1862) se patentaron las etiquetas bajo relieve que tenían un recubrimiento de vidrio, con el fin de evitar que el goteado de las sustancias contenidas altere el rótulo (Foto Etiquetas vidriadas).

Existen catálogos en internet que se pueden consultar, donde se encuentran las marcas registradas de las fábricas productoras de frascos farmacéuticos. Se recomienda también la visita a la web de la Sociedad Americana para la Arqueología Histórica (https://sha.org) que contiene abundante material para la identificación de fábricas de Estados Unidos.

BIBLIOGRAFÍA

Cardoso, M.B. Los vidrios de botica. Ed. Autores de Argentina. 2017

Farm. María Beatriz Cardoso
Lic. en Peritaje y Valuación de Obras de Arte