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Desde el inicio de los tiempos el hombre trató sus dolencias con algún tipo de remedio. Primero serían las hierbas y minerales, solos o simplemente mezclados, luego con un proceso adicional en forma de pócimas y mejunjes, tisanas, extractos y tinturas; más tarde con formas farmacéuticas simples, hasta los medicamentos tal cual los conocemos hoy. Siglos de investigación y conocimiento para curar las enfermedades y mejorar la calidad de vida.

Posiblemente al principio esas medicinas eran preparadas en cuencos para tomarse en el momento, pero luego cuando se comenzó a identificar y reiterar un uso y la población comenzó a crecer, surgió la necesidad de su preparación previa y de su conservación. Es probable que los primeros recipientes fueran de madera, luego barro cocido o cerámica, pero después a partir de la aparición del vidrio, fue el preferido por elección.

Es así que se conocen envases de vidrio desde la más lejana antigüedad hasta nuestros días. Se conservan ungüentarios egipcios, botellitas romanas, botellas del Medioevo y renacimiento, frascos de diferentes tipos y complejidad de los siglos siguientes hasta el presente en los museos.

Es por esta razón que el estudio de la evolución del vidrio desde su descubrimiento hasta la actualidad puede seguirse a través de la prosperidad de los “los frascos de botica”.

El origen del vidrio

No se conoce con exactitud el lugar de origen del vidrio. Sin embargo desde la antigüedad este material despertó el interés de diferentes autores. Uno de ellos,  Plinio el Viejo historiador romano (23-79 d.C.), relata en su Historia Natural (Naturalis Histoiai)  que el descubrimiento del vidrio tuvo lugar en Siria, cuando unos mercaderes posiblemente en ruta hacia Egipto preparaban su comida al lado del Río Belus (Fenicia). Por azar pusieron para limpiar sus ollas trozos de natrón (carbonato alcalino) que llevaban como carga, y a la mañana siguiente vieron como las piedras se habían fundido y su reacción con la arena había producido un material brillante, vítreo, similar a una piedra artificial. Sin embargo en 2005, un equipo de arqueólogos del Colegio Universitario de Londres localizó al este del Delta del Rio Nilo, en Egipto, un centro de fabricación de vidrio que tiene una antigüedad de más de 3.000 años. Según el estudio de los científicos, que publicó la revista Science, el hallazgo descarta la teoría que fueron los mesopotámicos los primeros en utilizar estos materiales.

La producción de objetos vítreos en occidente sufrió una transformación del Medioevo al renacimiento, convirtiéndose paulatinamente en una floreciente actividad. 

A partir del siglo XI, Venecia se constituyó la capital europea de la fabricación del vidrio. Los vidrieros fueron mejorando la calidad de las materias primas, agregando calcio a la sosa sílica obteniendo un vidrio más fino y transparente al que denominaron “cristallo”. 

Evolución de los frascos

El vidrio en la zona de Bohemia (hoy Alemania y República Checa), data de alrededor del siglo XIV, al principio fue muy semejante al italiano para luego adquirir características propias con el cortado y tallado. También inician un procedimiento para colorearlo recubriendo un recipiente transparente con una delgada película de vidrio coloreado. Más tarde, en el siglo XIV se descubrió la técnica del vidrio plano en Normandía (Francia).

Típicos frascos color caramelo
 

La primera industria vidriera se desarrolló en el siglo XVIII, con un cierto número de fábricas. Algunas producían más de un millón de botellas al año. No obstante, la cantidad era limitada, ya que estas botellas se soplaban todavía con la boca.

Con la revolución industrial en el siglo XIX, numerosos progresos fueron realizados en ésta industria. La utilización del carbón, en lugar de la madera, para calentar los hornos mejoró su funcionamiento. Por último, el soplado con la boca fue progresivamente sustituido por el chorro de aire comprimido en moldes metálicos. Se puede considerar que la industria moderna del vidrio nació a partir de este momento.

En el siglo XX es cuando se convirtió en una industria masiva, por medio de la instalación de hornos de fuego continuo y de los progresos realizados en el campo de la automatización de la fabricación.

¿Qué es el vidrio?

Es un producto de la actividad humana. Es un material inorgánico fundido que se convierte en un fluido de elevada viscosidad a altas temperaturas (1500-1600 °C), que luego al enfriarse alcanza un estado rígido sin experimentar cristalización; y tiene una estructura molecular amorfa, no cristalina. Se aprovecha la característica de presentarse como un fluido de alta viscosidad con fácil maleabilidad para transformarlo en forma libre (mediante el soplado) o con el empleo de moldes en diversos recipientes.

Los distintos tipos de vidrio surgen como resultado de la combinación de diferentes componentes: vitrificantes (sílice, arena, cuarzo), fundentes que facilitan la fusión (carbonato de sodio, de potasio), estabilizantes que dan dureza (óxidos de calcio, magnesio, zinc) y otros materiales como los colorantes (vidrio de color) y los decolorantes (vidrio traslúcido).

Frascos traslucidos

Frascos de vidrios de botica

Vidrios o frascos de botica: son recipientes generalmente en forma de botellas o frascos que tienen por objetivo contener y conservar principios activos en forma líquida, semilíquida y sólidos (tinturas, extractos, fármacos  o  drogas),  destinados a la preparación magistral1 de medicamentos. Evolucionaron simultáneamente con el conocimiento farmacéutico desde la antigüedad, y alcanzaron su mayor desarrollo estético-técnico en el siglo XIX-XX.

Frasco alemán

El origen de los frascos de vidrio. Las fábricas modernas más representativas

En occidente se reconocen dos zonas mundiales de producción de frascos de vidrio de farmacia. Una, la más antigua es Europa con centros importantísimos en Bohemia, Francia e Inglaterra. Allí se instalaron talleres y luego fábricas que se ocuparon de éste tipo de objetos. Alcanzando un desarrollo pleno especialmente desde el siglo XVIII y XIX al compás del crecimiento de los conocimientos farmacéuticos relacionados con la estabilidad de las drogas y la conservación de los medicamentos.

Paulatinamente se conoció la necesidad de preservar a los fármacos de los factores ambientales: luz, temperatura, oxígeno y humedad. Por lo cual los recipientes fueron cambiando el tipo y composición de los cierres, apareciendo primero los tapones de diversos materiales como el pergamino y tiento engrasado atado al cuello del objeto (siglo XV-XVI), luego se hizo popular el corcho (siglo XVII), después la producción de tapones de vidrio esmerilados con cierre ajustado, llegando en el siglo XX a las tapas y tapas de bakelita a rosca.

Los colores de los frascos más habituales fueron los celestes y azules (con sales de cobalto), verdes esmeralda y amarillento, y ámbar o color caramelo (con sales de hierro). Fueron éstos últimos que demostraron una mayor eficiencia en la protección.

Un caso particular fue el del vidrio verde amarillento, producido por Riedel en Alemania desde 1840-80 hasta la segunda guerra mundial. Dicho color estaba dado por incorporación de sales de uranio como pigmento. Si bien era un excelente protector de los rayos lumínicos, se dejó de utilizar por su alto costo y dado a que las sales de ese mineral se comenzaron a emplear con fines bélicos.

Las fábricas americanas alcanzaron un verdadero desarrollo posteriormente a la independencia de los países. En Estados Unidos sobresalen tres productores tempranos de frascos farmacéuticos: Owens-Illinois Glass Company, Whitall Tatum Company (WT&Co) y T. C. Wheaton Glass Company. Mientras que en Argentina debemos remontarnos a principios del siglo XX con la fábrica Cristalerías Papini productora y distribuidora especializada en frascos farmacéuticos y posteriormente la Rigolleau con su división científica desde 1940.

Actualmente hay presencia de estos frascos en diversos museos, como en nuestro Museo, el Museo de Farmacia Dra. Rosa D`Alessio de Carnevale Bonino, y aún son objeto de coleccionismo. Es entonces importante destacar su desarrollo como testigos de la evolución de la ciencia farmacéutica y realizar una descripción ajustada de los mismos para poder integrarlos al patrimonio en el ámbito museístico.

1_ Es una preparación individual y personalizada que se realiza por indicación de una receta médica.

Bibliografía

Basado en el libro “Los vidrios de Botica”, de María Beatriz Cardoso. Ed. Autores Argentinos. 1° Ed. 2017

Farm. María Beatriz Cardoso
Lic. en Peritaje y Valuación de Obras de Arte