El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos publicó en septiembre del 2021 una revisión de múltiples estudios, realizados en decenas de miles de personas gestantes con riesgo de padecer preeclampsia. Los resultados fueron concluyentes respecto al beneficio de utilizar dosis bajas de aspirina diaria a partir de la semana 12 (idealmente antes de la semana 16).
La preeclampsia (PE) es una complicación común y peligrosa del embarazo que causa presión arterial alta y exceso de proteínas en la orina. Por lo general, ocurre durante el tercer trimestre y puede continuar después del nacimiento (PE del cuarto trimestre). Genera anualmente la muerte de 76.000 embarazadas y de medio millón de bebés. También ocasiona el nacimiento de 2,5 millones de bebés prematuros y es la segunda causa de mortalidad en personas gestantes, según informa la Organización Panamericana de la Salud. Hay una manera sencilla de ayudar a prevenirla: tomar una dosis baja de aspirina todos los días a partir del diagnóstico de alto riesgo, preferentemente antes de la semana 16.
El Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de los Estados Unidos (USPSTF, por su sigla en inglés) realizó una revisión sistemática de estudios que evaluaron la efectividad del uso de aspirina en dosis bajas para prevenir la PEE en embarazos de alto riesgo, y así, disminuir los resultados adversos en la salud materna y neonatal.
Los estudios incluyeron decenas de miles de personas gestantes en todo el mundo. A algunas se les dio una dosis baja de aspirina y a otras un placebo. Los resultados informan que las dosis bajas de aspirina reducen el riesgo de parto prematuro, el riesgo de restricción del crecimiento intrauterino, la mortalidad perinatal y el riesgo de PE, sin aumentar de forma significativa el riesgo de desprendimiento placentario, la hemorragia puerperal o el aborto espontáneo. Tampoco se encontró aumento en las muertes infantiles, problemas de crecimiento o daños en las funciones cognitivas de los bebés.
La PE puede causar anomalías renales y hepáticas, alteraciones de la coagulación, cefalea, accidente cerebrovascular e incluso la muerte. Dificulta la nutrición y la oxigenación de los tejidos del feto en crecimiento y está relacionada con el nacimiento prematuro y el bajo peso al nacer, según detalla el USPSTF.
La aspirina en bajas dosis disminuye la síntesis de tromboxano A2 al inhibir la enzima ciclooxigenasa sin disminuir la producción de prostaciclina (vasodilatador). De esta manera, consigue disminuir la vasoconstricción y la agregación plaquetaria características de esta enfermedad.
La PE es una enfermedad definida por hipertensión arterial durante la segunda mitad del embarazo, acompañada de proteinuria (300 mg de proteínas en orina en un día) o cualquiera de las siguientes alteraciones: trombocitopenia, función hepática deteriorada, insuficiencia renal, edema pulmonar, trastornos cerebrales o visuales.
Se considera que una persona gestante tiene riesgo de desarrollar PEE si presenta uno o más factores de alto riesgo, como antecedentes de esta enfermedad en embarazos previos, insuficiencia renal, embarazo múltiple, enfermedad autoinmune, diabetes o hipertensión arterial; o bien factores de riesgo moderado, como primer embarazo, edad mayor a 35 años, un índice de masa corporal superior a 30, obesidad, antecedentes familiares de PE o inseminación artificial.
Los factores de riesgo de PE se pueden obtener por historia clínica, examen clínico, pruebas de laboratorio e imágenes. Se han desarrollado modelos predictivos que combinan factores de riesgo para identificar a las mujeres embarazadas en riesgo de PE, como biomarcadores séricos, ecografía Doppler de la arteria uterina e historia clínica.
La profilaxis con aspirina debe iniciarse entre las semanas 12 y 28 de gestación, de preferencia antes de la 16, con una dosis de 60 a 150 mg diarios, por la noche y continuar hasta el parto.
Sin embargo, a pesar de los resultados favorables, no todas las personas gestantes con riesgo de desarrollar PEE pueden tomar aspirina. Quienes tienen antecedentes de alergia a la aspirina o hipersensibilidad a los antiinflamatorios no esteroides, pólipos nasales o asma con antecedentes de broncoespasmo grave inducido por aspirina no pueden ser medicadas con este fármaco. Las contraindicaciones relativas incluyen: antecedentes de hemorragia gastrointestinal, úlcera péptica activa, otras fuentes de hemorragia gastrointestinal o genitourinaria y disfunción hepática grave. En estas situaciones deberá el médico decidir si los beneficios justifican los riesgos.
Existen otras líneas de investigación para la prevención de la PE (por ejemplo, con pravastatina), con resultados alentadores pero que tienen la desventaja de la poca disponibilidad, accesibilidad y alto costo. Por contrapartida, la aspirina está al alcance de todas las embarazadas dado su bajo costo, lo que facilita el cumplimiento del tratamiento.
En 2007, una revisión sistemática de la Cochrane de Lynn M. Duley ya había mostrado una reducción del riesgo de PEE en las pacientes de alto riesgo del 25% y del 14% para las pacientes de riesgo moderado. En 2011, la guía de la Organización Mundial de la Salud recomendó que se iniciaran dosis bajas de aspirina (75 mg/día) antes de las 20 semanas de gestación para las mujeres con alto riesgo de PE. La guía para el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión en el embarazo del Ministerio de Salud de la República Argentina expresa que la PE complica entre el 3 y el 14% de todos los embarazos, el 30% de las gestaciones múltiples, el 30% de las gestaciones en pacientes con diabetes y el 20% con hipertensión crónica. También informa que dos tercios de todos los casos ocurren en primigestas.
Diversas sociedades médicas estudian la forma de disminuir las complicaciones de la PE e indican dosis bajas de aspirina para prevenir y/o retrasar su aparición. Algunas de ellas son la American Heart Association, la Sociedad Argentina de Cardiología, la Federación Argentina de Ginecología y Obstetricia, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, la Sociedad de Medicina Materno-Fetal, entre muchas otras.
El USPSTF concluye con certeza moderada que existe un beneficio neto sustancial del uso diario de aspirina en dosis bajas para reducir el riesgo de PE, parto prematuro, restricción del crecimiento intrauterino y mortalidad perinatal en embarazos de alto riesgo.
Aldana Lizarraga es médica especialista en Nefrología, Medio interno y Trasplante renal, trabaja en la Fundación Favaloro y Fresenius Favaloro.
Patricia Méndez es médica especialista en Cardiología y Medicina del trabajo, posgraduada en Toxicología ocupacional y Medicina del estrés, trabaja en Provincia ART.
Guillermo Moschino es médico terapista y emergentólogo, posgraduado en Obstetricia Crítica y en Gestión de Alta Calidad en Servicios de Salud, trabaja en la Clínica del Niño de Quilmes.