Ananda Mohan Chakrabarty nació en la pequeña ciudad de Sainthia en el estado indio de Bengala Occidental un 4 de abril de 1938. Su padre era comerciante y su madre ama de casa; él era el menor de siete hermanos. Desde muy pequeño se mostró interesado en la ciencia. Se especializó en Química y realizó su Doctorado en Bioquímica. Independientemente del tema de su posdoctorado en la Universidad de Illinois, dedicó parte de su tiempo al estudio de las vías presentes en bacterias del género Pseudomonas capaces de degradar hidrocarburos y con el fin de contrarrestar los impactos adversos que los derrames generaban sobre el medio ambiente.
Su meta personal era lograr algún día una bacteria modificada genéticamente que le permitiera limpiar los derrames de petróleo que ocurrían cada vez con mayor y preocupante frecuencia. Luego de un arduo trabajo en el laboratorio obtuvo datos interesantes y, ante la insistencia de sus colegas, Chakrabarty presentó una solicitud de patente en 1972 en los Estados Unidos para proteger sus bacterias degradadoras de petróleo. Sin embargo, la ley de Patentes y Marcas de este país no contemplaba conceder patentes sobre un organismo vivo. Tras 8 años de idas y vueltas legales, la Corte Suprema falló a favor y un 16 de junio de 1980 se aprobó la patente alegando dos razones para su justificación, una fue que había habido suficiente intervención humana sobre la bacteria y, la otra, que además era la primera vez que se proponía un microorganismo para limpiar aceite.
Ese hito significó una bisagra en términos de la ley de propiedad intelectual y, por ello, ese día se conmemora el Día de la Biotecnología en todo el mundo, como una invitación a reflexionar sobre los avances en este campo y su impacto en nuestra sociedad. La Biotecnología es una disciplina que combina la Biología y la Tecnología y ha demostrado su poder transformador en campos como la medicina, la agricultura, la industria alimentaria, la energía y el medio ambiente, entre otros.
En la agricultura el papel de la Biotecnología fue y seguirá siendo clave para la mejora de cultivos con el fin de incrementar la productividad, la resistencia a enfermedades y plagas, y la adaptación al cambio climático. Los avances en la edición de genes vegetales podrían conducir a cultivos más nutritivos, resistentes y mejor adaptados al medio ambiente, contribuyendo así a la seguridad alimentaria a nivel global.
Hoy no hay dudas de que debemos hacer una transición hacia una economía más sostenible y que la Biotecnología está ofreciendo biocombustibles, bioplásticos y otros productos que buscan independizarnos de los combustibles fósiles y los plásticos derivados del petróleo. Claramente en este aspecto se busca mitigar el cambio climático al reducir de manera significativa la contaminación.
La Biotecnología ya ha demostrado su capacidad para enfrentar desafíos de salud global de modo efectivo, un claro ejemplo reciente fue la pandemia de COVID-19. Mirando hacia el futuro con optimismo, se espera en estos próximos años ver avances significativos en salud humana con la personalización de los tratamientos, acompañados del uso de poderosas herramientas como la terapia génica y la medicina de precisión. El potencial de la edición génica es muy alentador y ofrece la posibilidad de tratamiento de enfermedades genéticas, del cáncer y otras afecciones complejas. Por otra parte, la ingeniería de tejidos y la bioimpresión 3D están corriendo las fronteras en el campo de la regeneración de órganos y la producción de tejidos humanos a medida.
Desde nuestra posición en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires, más allá de celebrar los logros ya alcanzados hacemos el foco en el futuro y buscamos seguir contribuyendo fuertemente tanto con investigación científica como en la formación de profesionales altamente capacitados para el sector biotecnológico. En la Argentina el crecimiento del ecosistema en Biotecnología ha sido notable en los últimos años. Según el censo de 2023, la Argentina está entre los 10 países del mundo con mayor desarrollo en biotecnología. Hacia adelante se requiere hacer un esfuerzo para trabajar dentro de un enfoque integral que involucre al sector público y al privado, a la academia y a otros actores relevantes. Fortalecer el financiamiento en investigación y la incorporación de nuevas tecnologías es clave para dar un nuevo impulso de la Biotecnología en nuestro país y así captar el interés a nivel global. En este sentido, además es importante trabajar para superar barreras de acceso al mercado internacional y poder ofrecer productos y servicios a valores competitivos.
Por otra parte, el ecosistema emprendedor argentino está muy activo y se presenta como un faro de innovación que apuesta fuertemente a la creatividad y el uso de las tecnologías para generar nuevas propuestas que dejen huella a escala mundial. El relevamiento de empresas biotecnológicas y nanotecnológicas, según el censo 2023, estableció que en el país hay 380 compañías y startups que posicionan a la ciencia argentina como líder regional.
En particular, nuestro equipo científico en el Instituto de Nanobiotecnología (NANOBIOTEC) viene trabajando desde hace 15 años en el laboratorio para desarrollar una innovadora plataforma biotecnológica que permita ofrecer al mercado proteínas de alta complejidad estructural a un precio competitivo. El sistema que utilizamos está basado en transformar a insectos plagas de nuestra región en pequeños biorreactores que fabriquen proteínas bajo demanda que, luego de nuestra intervención, se convierten en productos de alto grado de pureza. Lo atractivo de la plataforma es que las larvas se pueden criar de manera masiva y controlada en el laboratorio y que no tienen valor comercial.
La empresa privada Trebe Biotech instalada en Pergamino, provincia de Buenos Aires, fue creada para llevar este know how a escala industrial y se posiciona como la primera startup que usa esta tecnología en toda la región. La proteína spike de coronavirus fue nuestro primer producto desarrollado en el NANOBIOTEC y fue escalado y comercializado por Trebe Biotech. Spike forma parte del primer kit de diagnóstico comercial aprobado por ANMAT que usa una proteína de larvas de insectos como único antígeno y es fabricado y comercializado por Chemtest Argentina.
También hemos desarrollado antígenos para dengue, interferones para su uso en mascotas y actualmente estamos trabajamos con el Instituto Malbrán en la producción de toxinas utilizadas en el proceso de fabricación de medicamentos como los antivenenos. Esta asociación con la empresa es clave ya que todos nuestros nuevos desarrollos generados en NANOBIOTEC son transferidos a Trebe Biotech quien ofrece los productos al mercado. La empresa además contrata a nuestros profesionales altamente capacitados en esta tecnología dando posibilidades de progreso en el sector privado.
En este Día de la Biotecnología, reafirmamos nuestro compromiso con la investigación y la innovación en el campo, trabajando juntos para aprovechar su potencial para el bienestar humano y el desarrollo sostenible.