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¡Ah! Es que el destino fiero
Me aguarda con grandes alas,
Me habla de un amor sincero,
De un ensueño lisonjero
Y de mil lucientes galas…
Por otro lado murmura
Los honores que me esperan
Si levanto mi figura
Por entre tanta censura
Y me encuentro a los que imperan
(Poema de Matilde Hidalgo Navarro)

Matilde Hidalgo Navarro de Procel, primera médica ecuatoriana, poeta y activista feminista, luchó arduamente por la igualdad de derechos en favor de las mujeres y su participación en la política ecuatoriana. Junto con la farmacéutica, médica, feminista y política argentina, Julieta Lanteri, son consideradas las primeras en ejercer el derecho al sufragio en América latina.

Matilde Inés Hidalgo Navarro nació el 29 de septiembre de 1889 en Loja, hija de Carmen Navarro del Castillo, venezolana, y de Juan Manuel Hidalgo Pineda, ecuatoriano. El matrimonio tuvo 7 hijos, pero Matilde, la menor, no llegó a conocer a su padre, quien murió en Perú en uno de sus viajes de negocios, cuando Carmen llevaba adelante un embarazo de unos tres meses1.

El hermano mayor de Matilde, Antonio de Jesús (quien tenía solo 14 años a la muerte de su padre) se constituyó en uno de sus férreos apoyos. Músico y practicante de ideas liberales iba a ser un pilar fundamental en el derrotero personal y profesional de su hermana. Tanto así que desde muy pequeña la llevaba a la iglesia, le enseñaba a tocar el piano, a leer, escribir, recitar poesías y, muy probablemente, haya insuflado en ella el ideario liberal.

Antonio de Jesús Hidalgo

La enseñanza primaria para Matilde fue un trámite sin escollos, dado que Antonio le había enseñado lo necesario y, quizá, bastante más.Terminada esta instancia, Matilde manifestó su deseo de continuar estudiando, pero se presentaba un problema: en Loja no había colegios de señoritas, solo en Guayaquil y Quito, y la familia no disponía de medios económicos. Antonio, entonces, sugirió que Matilde presentara su admisión en el colegio de varones “Bernardo Valdivieso”, porque si bien como su nombre lo indicaba era ´de varones´, a partir de la reforma del general Eloy Alfaro2 se había puesto énfasis en la formación de las mujeres, razón por la que no podría negársele la matriculación.

Así fue que en 1907 doña Carmen Navarro acudió con su hija ese colegio a entrevistarse con el rector, el doctor Ángel Rubén Ojeda, para solicitar la matriculación. Luego de arduos debates del Consejo directivo, y de haber rendido Matilde el examen de conocimientos, el 22 de octubre de 1907 fue admitida.

La historiadora y periodista Jenny Estrada Ruiz relata en la obra biográfica de Hidalgo: “Los habitantes de la muy noble y muy conservadora ciudad, (…). A su paso cierran puertas y ventanas; prohíben a sus hijas todo trato con esa ´loca endemoniada´ y piden intervención de las autoridades eclesiásticas para obligarla a desistir del absurdo propósito por considerarlo mal ejemplo”.

A pesar de todo, el 8 de octubre de 1913 Matilde llegó a ser la primera mujer bachiller, con la calificación de sobresaliente; se convirtió también en la primera mujer en obtener un título oficializado en el Ecuador.

Entonces, Matilde acudió, esta vez acompañada por su hermano Antonio, a la Universidad Central de Quito, para solicitar la inscripción en la Facultad de Medicina. Fue atendida por el rector, quien se negó a matricularla. “La respuesta de Lino Cárdenas, rector en funciones, fue negativa para medicina, le recomendó seguir obstetricia o farmacia pues en esas carreras se habían admitido mujeres, la medicina estaba reservada para varones”, como señaló Gabriel Ordóñez Nieto, exdirector del Instituto Superior de Posgrado Facultad de Ciencias Médicas Universidad Central del Ecuador, en una obra conmemorativa.

No se dio por vencida. Aprovechando la oportunidad de que por trabajo su hermano Antonio se encontraba en la ciudad de Cuenca, decidió expresar su voluntad de estudiar Medicina al entonces rector de la Universidad del Azuay, el doctor Honorato Vásquez, quien luego de escuchar sus argumentos le concedió la matrícula y le ofreció su apoyo incondicional.

Se recibió de licenciada en Medicina por la Universidad del Azuay el 29 de junio de 1919 con cinco votos de primera clase, la máxima calificación de acuerdo con la Ley de Estudios Superiores de la época. Se convirtió, entonces, en la primera médica ecuatoriana.

Pero obtener la Licenciatura no era suficiente para ejercer legalmente el oficio de médico, se requería el título de Doctor. Matilde viajó a Quito, con el fin de matricularse en la Universidad Central, la institución que en 1914 le había vedado el ingreso a la Facultad de Medicina. Pero, esta vez, la Universidad Central aceptó matricularla, en octubre de 1919. Finalmente, el 21 de noviembre de 1921 obtuvo el título de Doctor en Medicina, nuevamente con las máximas calificaciones por su tesis sobre “El estudio sistemático de los accesos eclámpticos”.

En 1923, a los 34 años, contrajo matrimonio con su gran amor de juventud, el doctor en Leyes y político Fernando Procel Lafevre, un antiguo compañero de colegio, con el cual procreó dos hijos, Fernando y Gonzalo.

Inicialmente, ejerció la medicina en Loja, donde debió enfrentarse a múltiples críticas y campañas de desprestigio. De allí que decidió establecerse en Guayaquil, donde trabajó en el Hospital General y la Casa Cuna “Juan Arzube Cordero”.

El activismo de Matilde Hidalgo

Uno de los hechos más importantes para las mujeres ecuatorianas en el ámbito político fue la obtención del derecho a elegir y ser elegidas y, precisamente fue Matilde Hidalgo quien realizó tal hazaña en 1924.

“Con la Revolución Liberal**, comenzaron las transformaciones. El Decreto Supremo N° 68, emitido en 1895, permitió a las mujeres jurídicamente habilitadas para el ejercicio de cargos públicos. La Constitución de 1897 eliminó la condición de ´varón´ para ejercer los derechos de ciudadanía. Apoyándose en la Constitución de 1906, Matilde Hidalgo sufragó, aunque su acto no estuvo exento de polémicas y reacciones airadas”, como reseñaron Damián Mena Palma y colaboradores.

En el análisis de la cobertura que los diarios de la época hacían del tema, Mena Palma y su equipo rescataron los argumentos que los periodistas y articulistas esgrimían para oponerse al sufragio femenino. Por ejemplo, en un artículo del diario El Comercio (medio que se edita aún hoy), podemos leer: “(…) con todo el respeto y la galantería caballerosa que nos merece el bello sexo, debemos expresar terminantemente la opinión de que, por más leyes que faculten a la mujer para intervenir con pleno derecho en el ejercicio del sufragio popular y hasta para ser elegida y ocupar cualquiera de los destinos públicos, la conveniencia pública lo está impidiendo por diferentes razones, de orden social y político, y recomienda que continúe como hasta aquí alejada de la candente arena de los debates públicos, en donde a falta de razones y de urbanidad campean los más desatados rencores, las más incultas maneras, los más ilegales procedimientos”.

En 1924 Matilde Hidalgo se presentó a inscribirse en el Registro de Inscripciones de la ciudad de Machala. La petición fue rechazada en sus inicios por los miembros de la Junta Electoral, alegando que el voto es un derecho solo para los varones, pues esta era la primera vez que una mujer solicitaba tal derecho. Sin embargo, el alegato de su marido y patrocinante legal, Fernando Procel, ratificó que en la Constitución vigente de la época no había impedimentos legales para que la mujer ejerciera el derecho al voto. Dado estos argumentos inapelables, la Junta Receptora la empadronó bajo la condición de consulta a los superiores.

El medio Hora Nueva Quincenario Independiente, un periódico de Loja, ciudad de origen de Matilde, fue explícito en su rechazo al voto femenino, y especialmente crítico con ella: “Mientras la Dra. Matilde Hidalgo, cansada ya ¡tan pronto! de soportar el pesado yugo del matrimonio y, seguramente, sin la aquiescencia de su consorte, el Dr. Fernando Procel, se ha acercado a las mesas electorales de Machala, a ejercer el importante derecho del sufragio, en las últimas elecciones de Representantes al Congreso; aquí, en Loja, tierra de paz y poesía, el bello sexo ha mirado con suma indiferencia el gesto varonil de nuestra coterránea, y cree sea eso o el resultado de un exceso de emotividad que se produce muy a menudo en la persona, sobre todo en los países tropicales, y en épocas de canícula elevada”.

El 9 de junio de 1924 el Honorable Consejo de Estado había emitido un informe habilitante del ejercicio del sufragio para ella3 y, en consecuencia, para todas las mujeres del país. En honor a ese hecho, cada 9 de junio se celebra el Día del Voto Femenino en Ecuador. 

En 1936 la Junta Liberal de la provincia de El Oro presentó la candidatura a concejala de Matilde, ganó las elecciones y fue designada vicepresidenta del Cabildo; y en calidad de Primer Concejal Principal ejerció funciones de Jefe Político de Machala de acuerdo con la ley vigente de la época, lo que la convirtió en la primera mujer ecuatoriana en ocupar tales cargos. Durante las elecciones del 1941, Matilde nuevamente fue elegida como candidata a un cargo político, esta vez por su ciudad natal, Loja.

Durante la guerra peruano-ecuatoriana de 1941, Matilde y su esposo ayudaron a los refugiados con alimentos, ropa y albergue. Matilde, además, brindó atención médica gratuita. La labor del matrimonio ayudó a que las provincias de Cotopaxi, Imbabura y Tungurahua recibieran a los niños en sus escuelas, hasta que el conflicto cesara. Terminada la contienda, Matilde fundó la Cruz Roja de El Oro, el Instituto Femenino de Cultura, ejerció como vicepresidenta de la Casa de la Cultura y participó en el Comité Patriótico Femenino. También representó a Ecuador en una gran variedad de eventos internacionales, siendo uno de ellos el Primer Congreso de la Alianza Panamericana de Mujeres Médicas (PANWA), en la ciudad de México en 1947, según las investigaciones de Estrada Ruiz.

Su carrera política estuvo caracterizada por el trabajo incansable para mejorar las condiciones de vida de mujeres y niños ecuatorianos, promoviendo cambios legislativos que favorecieran la igualdad de derechos y el acceso a la educación y la salud.

Poco antes de su fallecimiento en 1974, fue honrada con la Medalla al Mérito Cultural, destacando su papel fundamental como médica, política y activista.

Murió en Guayaquil el 20 de febrero de 1974, a los 84 años.

En 1989 el Congreso Nacional expidió un Acuerdo por el que se creó la Orden Nacional al Mérito “Matilde Hidalgo de Procel” que honra a las mujeres más destacadas del Ecuador.

Amalia Beatriz Dellamea. Centro de Divulgación Científica y Equipo de gestión editorial de Farmacia y Bioquímica en foco. Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.

Bibliografía

Benítez Correa, Carmen Delia. Matilde Hidalgo, la mujer que creyó en los derechos de las mujeres. Universidad Técnica de Loja, Ecuador, s/f.https://idus.us.es/server/api/core/bitstreams/62167b70-fd5f-4efa-810f-3fcdf48671be/content

Duchi Achance, Alexis Jair. (2021). Aporte político de Matilde Hidalgo a los procesos de democratización en el Ecuador. Facultad de Ciencias de la Educación, Humanas y Tecnologías. Universidad Nacional de Chimborazo.

Estrada, Jenny. (2019). Una mujer total, Matilde Hidalgo de Procel: biografía y poemario. Guayaquil, Ecuador: Mónica Franco Publicidad.

Matilde Hidalgo Navarro de Procel su época, conquistas y legado. (2021). Libro conmemorativo de gratitud al legado de Matilde que alcanzó ser la primera médica de Ecuador en 1921 y consiguió el voto femenino en 1925. Ediciones Quinde Azul, Quito. https://quindeazul.com/wp-content/uploads/2021/12/LIBRO-MATILDE-FINAL_compressed.pdf

Mena Palma, Damián; Armas Valencia, Klever; Madrid Tamayo, Andrea;  Estévez Fierro, Santiago; Crespo Cueva, David. (2024). Discursos patriarcales en torno al derecho al voto femenino en la prensa ecuatoriana: 1924 y 1929. Democracia, vol. 3, 107-37.

Lecturas recomendadas

Historia de mujeres en las Ciencias de la salud

  1. Algunos biógrafos señalan que el padre murió siendo Matilde una niña pequeña. No hemos podido verificar este dato. ↩︎
  2. El general Eloy Alfaro fue el líder de la Revolución Liberal del Ecuador, comprendida entre 1895 y 1912, que sentó las bases de la transformación democrática de un Estado con más sentido social, humanista, justo y equitativo. Fue un precursor de la educación laica, de los derechos civiles, de la inclusión de la mujer en la esfera pública, de la integración nacional y el derecho de los pueblos a la autodeterminación de su futuro. Alfaro gobernó el Ecuador desde el 17 de enero de 1897 hasta el 31 de agosto de 1901, ´primer alfarismo´; y desde 1906 hasta el 11 de agosto de 1911, fecha en que renunció, período conocido como ´segundo alfarismo´.
    ↩︎
  3. El 26 de noviembre de 1911, la farmacéutica, médica, feminista y política Julieta Lanteri fue la primera mujer argentina, y muy probablemente la primera sudamericana, que pudo votar, en este caso, en elecciones municipales. Lectura recomendada: https://enfoco.ffyb.uba.ar/julieta-lanteri-su-lucha-por-los-derechos-civiles-y-politicos-de-las-mujeres/ ↩︎