La Práctica Social Educativa en salud visual de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA combina atención sanitaria gratuita y formación profesional en comunidades vulnerables. Desde 2019, el programa ha mejorado la calidad de vida de más de 2.200 pacientes y ha formado a 409 estudiantes en un modelo que integra excelencia académica, compromiso social y transformación comunitaria. Descubrí cómo esta iniciativa está cambiando miradas y vidas.
¿Cómo puede la educación cambiar vidas? La Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires (UBA) lo demuestra con su Práctica Social Educativa (PSE) en salud visual. Desde 2019, esta iniciativa une atención sanitaria, formación estudiantil y compromiso social para mejorar la calidad de vida de comunidades vulnerables en la Ciudad de Buenos Aires. El programa combina evaluaciones ópticas y oftalmológicas gratuitas con el desarrollo de competencias prácticas y éticas en estudiantes, logrando un impacto transformador tanto en pacientes como en futuros profesionales.
Acceso a la salud visual: un desafío urgente
La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 2.200 millones de personas en el mundo padecen algún tipo de deficiencia visual. Muchas de estas podrían evitarse con atención oportuna, pero las barreras económicas y geográficas dificultan el acceso a servicios ópticos, especialmente en sectores vulnerables.
En Argentina, las comunidades con menores ingresos enfrentan estas mismas desigualdades. Para abordar esta problemática, la Facultad implementó el programa El cristal con que se mira, como parte de “UBA en Acción”. Este proyecto ofrece atención visual gratuita y forma estudiantes con una perspectiva integral que une técnica, ética y compromiso social.
El acceso a la salud visual es un derecho fundamental que tiene un impacto directo en el desempeño educativo, laboral y social de las personas. En este sentido, las intervenciones del programa no solo brindan soluciones inmediatas a problemas visuales, sino que también buscan generar un cambio estructural en las comunidades, promoviendo la equidad y la inclusión.
Impacto en cifras
Entre 2019 y 2024, excluyendo los años de pandemia, el programa realizó 37 intervenciones en 12 comunas de Buenos Aires, atendiendo a 2.223 pacientes. Estos recibieron evaluaciones visuales completas, entrega gratuita de 3.223 anteojos y, en casos complejos, derivaciones a hospitales especializados.
- Condiciones comunes: El 82,6% de los pacientes presentó errores refractivos como miopía y astigmatismo.
- Derivaciones necesarias: El 13,3% requirió atención secundaria por patologías como cataratas o glaucoma.
- Perfil demográfico: El 68% de los beneficiarios fueron mujeres, y un 23% pertenecía a comunidades migrantes.
Las intervenciones no solo solucionaron problemas visuales específicos, sino que también fomentaron la sensibilización sobre la importancia de la salud visual. Cada paciente atendido representó una oportunidad para promover hábitos saludables y prevenir afecciones futuras, multiplicando el impacto del programa.
Formación integral: estudiantes como agentes de cambio
El programa involucró a 409 estudiantes de la Tecnicatura en Óptica y Contactología, quienes participaron activamente en las intervenciones. Además de adquirir habilidades prácticas, desarrollaron competencias éticas y una comprensión profunda del rol social de la salud visual.
- Aprendizajes destacados: El 95% de los estudiantes informó mejoras en su capacidad para integrar teoría y práctica.
- Competencias clave: La adaptación de anteojos, la interacción con pacientes y la interpretación de anamnesis alcanzaron niveles de satisfacción superiores al 96%.
Las experiencias en terreno ofrecieron a los estudiantes una visión integral de su futura práctica profesional. Al enfrentarse a contextos reales, aprendieron a adaptarse a situaciones complejas, a trabajar en equipo y a aplicar sus conocimientos en beneficio de la comunidad. Este enfoque de aprendizaje-servicio es fundamental para formar profesionales comprometidos con la realidad social de su entorno.
Transformación social y educativa
La PSE en salud visual es mucho más que una experiencia educativa: es un modelo que combina excelencia académica con responsabilidad social. Al mejorar la calidad de vida de los pacientes y formar profesionales comprometidos, esta iniciativa refuerza el papel de la universidad pública como agente de cambio.
El programa también destaca por su capacidad para articular esfuerzos entre diferentes actores: estudiantes, docentes, profesionales de la salud y comunidades. Esta colaboración multidisciplinaria permite abordar la salud visual desde una perspectiva integral, generando soluciones sostenibles y escalables.
¿El futuro? Ampliar el alcance de este programa a otras regiones y evaluar su impacto a largo plazo, consolidando su posición como ejemplo de extensión universitaria efectiva y transformadora. Además, explorar nuevas áreas de intervención podría multiplicar los beneficios tanto para las comunidades como para los estudiantes participantes.