CIAEC EN FOCO. LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Las instituciones educativas enfrentan tensiones organizativas en tanto buscan garantizar el cumplimiento de su rol social, en un contexto donde hasta ahora habían predominado los dispositivos de enseñanza presenciales por sobre las propuestas que incluyen tecnologías. Se hacen, así, visibles las necesidades de actualización y perfeccionamiento de los docentes, donde el uso de programas o recursos informáticos, resulta necesario, pero no suficiente, para el diseño de secuencias didácticas para la enseñanza telemática.

 

La pandemia de covid-19, cuya denominación proviene de los vocablos latinos corona y virus y del término disease (enfermedad, en inglés), que irrumpió a fines de 2019 (de ahí el número 19), puso en jaque a la salud pública, la economía, las ciencias políticas, entre otros campos del saber, poniendo de manifiesto el carácter colectivo de la experiencia humana en un mundo hiperconectado.

La circulación global de SARS-CoV-2 (denominación del agente viral vinculado a la enfermedad covid-19, según el Comité Internacional de Taxonomía de Virus, ICTV por su acrónimo en inglés), alcanzada a principios de 2020, enfrenta a la humanidad a un escenario inédito, donde el colectivo de las ciencias biomédicas redobla sus esfuerzos para crear conocimiento sobre la situación sanitaria y transferirlos en tecnología con el fin de intervenir y modificar la realidad.

En este inédito escenario de crisis sanitaria, la educación en ciencia y tecnología, en todos los niveles, se revela prioritaria y necesaria. Una revisión rápida de la cobertura periodística de la pandemia y de la respuesta de la población en redes sociales o en medios tradicionales muestra claramente las dificultades (y muchas veces los errores) que aparecen al referirse a conceptos científicos que se considerarían, al menos la gran mayoría, propios de la educación obligatoria. Entre estas concepciones alternativas, más propias del sentido común que del saber científico, encontramos múltiples referencias al virus como un organismo vivo, desconociendo su carácter de parásito celular obligado y la existencia de un ciclo viral de duración determinada, lo que podría desincentivar la adherencia a las recomendaciones sanitarias.

Otro ejemplo lo constituyen las dificultades para expresar con precisión cómo proceder en la higiene personal o en la desinfección de superficies, lo que guarda relación con exposición innecesaria de personas a sustancias tóxicas. Más confusiones surgieron a partir de la escasa noción de la autolimitación de las epidemias mediada por el aumento de la inmunidad comunitaria, o la confusión entre vacunas y farmacoterapia, o el uso inapropiado de términos técnicos tales como tasa, factor y mortalidad, por mencionar algunos. Es decir, la crisis evidenció la importancia de la educación científica, no sólo como derecho individual, sino fundamentalmente como parte de las estrategias colectivas para enfrentar problemas sociocientíficos.

 

El desafío de la educación superior en la pandemia

Así también, la pandemia irrumpió de manera imprevista en los ámbitos educativos apenas iniciado el ciclo lectivo 2020, planteando nuevos desafíos. La imposibilidad de reunirnos en la presencialidad nos exige nuevos modos de encuentro y repensar las estrategias para que estudiantes y profesores podamos construir conocimientos de forma compartida.

En esta línea, las instituciones educativas enfrentan tensiones organizativas en tanto buscan garantizar el cumplimiento de su rol social, en un contexto donde hasta ahora habían predominado los dispositivos de enseñanza presenciales por sobre las propuestas que incluyen tecnologías. Además, la desigualdad que registra nuestro país con respecto al acceso a recursos digitales y, por consiguiente, al desarrollo de competencias para usarlos, complejizan la tarea de los docentes y de las instituciones frente a la demanda de continuidad educativa en tiempos de distanciamiento social. Así, se hacen visibles las necesidades de actualización y perfeccionamiento de los docentes, donde el uso de programas o recursos informáticos, resulta necesario, pero no suficiente, para el diseño de secuencias didácticas para la enseñanza telemática.

Las problemáticas observadas despertaron preocupación en la comunidad de la Facultad, responsable de la formación de farmacéuticos, bioquímicos, licenciados y técnicos, profesionales comprometidos con el cuidado y promoción de la salud. En esta misma línea, nuestros estudiantes, futuros egresados, comienzan a transitar este camino como miembros activos de nuestro colectivo y es por esto que hoy enfrentamos el particular desafío de seguir enseñando en tiempo de pandemia. Esta problemática transformó la necesidad en la demanda de muchos docentes interesados en reformular sus propias prácticas de enseñanza optimizando el uso de los recursos tecnológicos disponibles.

Como una contribución para repensar la enseñanza en tiempos de pandemia, el Centro de Investigación y Apoyo a la Educación Científica (CIAEC) puso a disposición de todos, el ciclo de seminarios que presentamos a continuación.

 

Enseñar ciencias experimentales en tiempos de pandemia: nuevas realidades y mediaciones

El título del Ciclo de Seminarios del CIAEC, Enseñar ciencias Experimentales en tiempos de pandemia: nuevas realidades y mediaciones, marca la especificidad de la enseñanza de las ciencias que requiere un abordaje particular desde su didáctica específica. Problemáticas propias de estas disciplinas, como la manera de conservar las características epistémicas de la práctica experimental en la medición tecnológica, la selección de contenidos críticos a ser enseñados en la emergencia, las modalidades de evaluación para el trabajo con datos de laboratorio en entornos virtuales y la construcción de conocimientos compartidos recurriendo al híbrido semiótico que sostiene la comunicación disciplinar, exigen conocer y poner en uso los modelos provenientes de la didáctica de las ciencias naturales. Esto último constituye el aporte central de nuestros seminarios.

Durante el pasado mes de mayo, se ofrecieron tres seminarios que se articularon en plataformas para teleconferencias gestionadas desde el Centro de Servicios Informáticos (CESIN) de la Facultad. La actividad, que priorizó en todo momento la participación de los docentes de la comunidad de la Facultad, despertó enorme interés y contó con una multitudinaria participación, superándose los 2000 inscriptos. El ciclo fue realizado como parte de las actividades del Instituto de Investigaciones de Educación Superior (IIES) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Cátedra UNESCO de Educación Científica para América Latina y el Caribe. Además, contó con los auspicios de la Asociación de Docentes de la Universidad de Buenos Aires (ADUBA), de las Asociaciones de Profesores de Física (APFA) y de Química (ADEQRA) y del Consorcio de Grupos de Investigación de Educación Científica de Argentina (CONGRIDEC).

Los oradores fueron reconocidos profesores de prestigiosas universidades de distintos países. Los participantes se conectaron desde distintos lugares de Latinoamérica y Europa. Además de colegas de la Argentina, participaron profesores y profesoras del campo de las ciencias experimentales y de la salud de Chile, Uruguay, Colombia, México, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Brasil, Bolivia, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú Italia, España y Holanda. Es menester destacar el entusiasmo manifestado por los colegas que se sumaron desde otras universidades nacionales, entre ellas: Misiones, Litoral, Córdoba, Río Cuarto, Río Negro, Hurlingham, Lomas de Zamora, Comahue, Entre Ríos, San Luis, San Juan, Mar del Plata, Rosario, La Plata, La Pampa, del Sur, Tucumán, del Centro de la Provincia de Buenos Aires, Cuyo, Rosario y Villa María.

De manera muy especial y comprometida, la comunidad de la Facultad fue protagonista en todo momento. En los diferentes seminarios participaron profesores titulares, asociados y adjuntos, jefes de trabajos prácticos, ayudantes, autoridades e incluso estudiantes. Estos últimos, preguntaron a la par de sus maestros y acercaron refrescantes aires de realidad al debate. La figura 1 muestra cómo se conformó el auditorio.

 

Figura 1: Filiación de los participantes en el Ciclo de Seminarios del CIAEC

 

Cada uno de los encuentros abordó distintas cuestiones centrales de la convocatoria. En todos los casos se trabajó en la lógica del acompañamiento a los docentes, nutriendo la reflexión sobre la práctica de modelos teóricos especialmente construidos para la enseñanza de las distintas disciplinas que por compartir cuestiones metodológicas y epistemológicas se reúnen en al área de ciencias naturales y de la salud.

En el primer encuentro, la doctora Carla Hernández, catedrática de la Universidad de Santiago de Chile, propuso el desafío de pensar la enseñanza de las ciencias mediada por tecnología centrándonos en los estudiantes. Invitó al uso de los modelos del aprendizaje activo, ampliamente trabajados por su grupo de investigación, para diseñar la enseñanza digital. En este enfoque, los estudiantes son protagonistas y el hacer con otro, constituye el pilar de la propuesta. Hernández propuso recuperar el trabajo en pequeños grupos, incluso durante el seminario fuimos divididos en grupos de tres o cuatro participantes, de modo de experimentar la posibilidad. También, remarcó como las ideas del aula investida siguen siendo útiles en la educación medida por dispositivos digitales. Ofreció un amplio inventario de recursos como botoneras virtuales, herramientas para el trabajo colaborativo y simulaciones y adelantó la existencia de laboratorios virtuales y remotos. Además, la catedrática planteó algunas cuestiones ineludibles en la educación científica digital. En primer lugar, se refirió al trabajo experimental en estos contextos, sugiriendo recuperar la toma de datos por parte de los estudiantes y el trabajo con datos de experiencias reales. En segundo lugar, planteó la posibilidad de trabajar con resultados de investigación y documentos propios de la comunicación disciplinar. En tercer lugar, comentó estrategias para la evaluación pensadas en el marco de aprendizaje basado en proyectos. Por último, comentó el imprescindible rol social de los educadores científicos para la comprensión de la pandemia, tema que no puede escapar de nuestras clases.

En el segundo encuentro, los doctores Carlos Argueda Matarrita, profesor de la Universidad de Educación a Distancia de Costa Rica, y Pablo Orduña, del Instituto Tecnológico de Massachusetts, director de la red de universidades LabsLand, presentaron el universo de posibilidades que brindan laboratorios a los que se accede a distancia, marcando las diferencias entre los laboratorios virtuales y los laboratorios reales de acceso remoto. Los primeros se diseñan sobre la base de simulaciones y obligan a estar atentos a los límites de los modelos. Los segundos son experiencias reales que se realizan de modo sincrónico o asincrónico. Los especialistas debatieron con el auditorio posibles estrategias didácticas para la enseñanza de las ciencias a distancia que permiten recuperar el carácter predominantemente experimental de las disciplinas, incluso pudiendo trabajar con el error experimental. Los asistentes tuvieron acceso a un completo inventario de los laboratorios remotos existentes en todo el planeta. Además, gracias a la generosidad de los disertantes, el CIAEC cuenta con acceso a todos ellos y, como es de imaginar, este acceso está a disposición de los docentes de la Facultad. Es menester comentar que, a partir de esta intervención, algunos docentes se acercaron al equipo de Centro para comenzar a diseñar sus propias propuestas remotas.

En el tercer encuentro, el doctor Juan Ignacio Pozo, catedrático Universidad Autónoma de Madrid, de amplia trayectoria y muy influyente en la región, nos invitó a repensar la educación en tiempos del coronavirus, cuando la enseñanza y el aprendizaje se hacen digitales. Pozo planteó muy claramente que esta pandemia deja un antes y un después. Que estamos ante un proceso de cambio vertiginoso. Que la pospandemia será distinta y que la educación no será la misma, ya que la mente será distinta. Es decir, estamos construyendo una nueva manera de percibir la realidad y de interactuar. La intervención del catedrático abordó distintas cuestiones tales como la selección de contenidos científicos a ser enseñados, las posibles actividades digitales y las estrategias de evaluación. Entre sus múltiples comentarios merecen destacarse: “Si un docente puede ser sustituido por la tecnología, merece serlo” y “Si un contenido se encuentra en Google, no puede ser evaluado”. De este modo, valoró la tarea de todos los que enseñamos y la importancia de una enseñanza centrada en el hacer. También se registraron interesantes intervenciones del auditorio, en las cuales se pudieron escuchar las voces de toda la comunidad, desde estudiantes a profesores titulares. La figura 2 da cuenta del tercer encuentro.

 

Figura 2: Tercer encuentro del Ciclo de Seminarios del CIAEC

 

 

Ignacio Idoyaga, doctor en Bioquímica y profesor adjunto de la cátedra de Física, director adjunto del Centro de Investigación y Apoyo a la Educación Científica (CIAEC) de la FFyB, investigador del Instituto de Investigación en Educación Superior (IIES - UBA).

Gabriela Lorenzo, doctora en Farmacia, profesora de Didáctica y Epistemología de las Ciencias de la Salud de la Carrera Docente de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires, investigadora independiente del CONICET , investigadora del Instituto de Investigación en Educación Superior (IIES - UBA). y directora del Centro de Investigación y Apoyo a la Educación Científica (CIAEC) de la FFyB.

 

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