LA FORMACIÓN DURANTE LA PANDEMIA, DESAFIOS Y PROYECCIONES

Los trabajadores Nodocentes de la Universidad de Buenos Aires desde hace casi 20 años cuentan con el Instituto Superior Facultar. Creado en 2002 fue incorporando distintos niveles de enseñanza. Desde FFyB En Foco conversamos con Julieta Vitullo, Secretaria de Cultura y Capacitación de la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires (APUBA), sobre los desafíos de la enseñanza virtual a raíz de la crisis del Covid-19.

 

En 2002 APUBA crea Facultar, no muy lejos de esa fecha comenzó a dictarse la Secundaria a Distancia (SAD), la Tecnicatura en Administración y Gestión Universitaria (TAGU) y más recientemente la Licenciatura en Gestión Universitaria (LIGU) ¿Cuál es el balance de todo esto y que se siente al mirar hacia atrás?

El balance de todos estos años es altamente positivo tanto para nuestro sindicato APUBA como para la comunidad de cada una de las carreras y de los cursos cortos que dictamos en Facultar. Ampliamos horizontes no solo para dar respuestas a la comunidad universitaria, sino que también, al convertirnos en un Instituto de referencia dentro de la Ciudad de Buenos Aires para la elección de carreras o cursos vinculados, en su mayoría, con el área de salud en su mayoría.

Tenemos por delante muchos objetivos, como seguir ampliando la oferta y llegar cada vez a más trabajadoras y trabajadores, entendiendo que, la educación y la formación permanente, no solo son motores que generan movilidad social, sino que reivindican nuestro trabajo, nos da herramientas para estar altura de una universidad que hoy reclama más y mejor calidad de trabajo de la gestión docente, nodocente y de quienes lideran todos los espacios universitarios.

Respecto a cómo proyectamos desafíos futuros, al tener un pequeño “polo educativo” con el secundario a distancia, luego la tecnicatura y posteriormente la complementación curricular a través de la licenciatura, ya podemos comenzar a pensar en el diseño propio de ofertas de posgrado. Si bien los nodecentes egresados de la Licenciatura en Gestión Universitaria (LIGU) tienen la posibilidad de acceder a formaciones de posgrado, ya sea dentro o fuera de la Universidad de Buenos Aires, nuestro proyecto a futuro es tener ofertas de especializaciones o maestrías destinadas específicamente a la gestión universitaria.

 

¿Cómo evalúan la educación secundaria a distancia y qué proyecciones observan de los estudiantes que la finalizan?

El Secundario a Distancia (SAD) es uno de los proyectos más importantes que hemos desarrollado junto con la Universidad de Buenos Aires. Este Bachillerato fue especialmente diseñado para nosotros por la Secretaría de Asuntos Académicos de la UBA. En este programa nosotros participamos activamente como gestores para que los compañeros y compañeras nodocentes puedan finalizar con un trayecto educativo que seguramente fue interrumpido por alguna circunstancia y de alguna forma expulsado por el sistema educativo, o bien porque debieron dejar para empezar a trabajar, o bien porque no les resultó posible combinar el trabajo con el estudio.

Entonces, entre la Universidad y del Sindicato, volvimos a tomarlos de la mano y reinsertarlos en el sistema. Esto es sin duda placentero, reconfortante; algo que nos produce mucho orgullo. Además, el secundario a distancia tiene un nivel superlativo; tenemos ya muchísimos gradados, y más aún, muchos de ellos continúan sus estudios. Por dar ejemplos, tenemos personas que han ingresado a la Tecnicatura en Administración y Gestión Universitaria (TAGU), o incluso a otras Tecnicaturas; otras personas que han iniciado carreras como Derecho, Arquitectura. Entonces, realmente el SAD los prepara para propuestas educativas de calidad como propone la Universidad de Buenos Aires y otras universidades de nuestro país. 

 

El 14 de diciembre de 2005 el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires aprobó la creación de la Tecnicatura en Administración y Gestión Universitaria (TAGU), ¿cuál es el balance a más de 15 años?

La TAGU ha sido un motor transformador ya que dio inició al camino de formación permanente, actualización y capacitación para empoderar la gestión nodocente en la UBA. Digo que fue el motor inicial porque comenzamos con la tecnicatura, continuamos con el Programa de Educación Secundaria a Distancia y culminamos con el tramo de la Licenciatura en Gestión Universitaria, creada por el Consejo Superior en el año 2018.

En 2005, teníamos una línea rectora sindical desde la FATUN que estimulaba a los sindicatos de base a generar espacios de formación académica vinculados con nuestra tarea diaria para profesionalizarla. Sin dudas, esto fue un empoderamiento de los trabajadores y trabajadoras que cuentan con una Tecnicatura creada de manera exclusiva y que además se encuentra contemplada en el Convenio Colectivo de Trabajo, cuyo capítulo de capacitación de formación pone el acento e indica cuál es el camino que debemos tomar los trabajadores nodocentes de las Universidades Nacionales.

 

¿Cómo resolvieron el dictado de los tres niveles durante el confinamiento 2020 a raíz de la pandemia de la covid19?

Como en la UBA, la mayoría de las propuestas educativas que dependen de la Secretaría de Cultura y Capacitación de la Asociación del personal de la Universidad de Buenos Aires (APUBA) eran presenciales. Llegó la pandemia y el confinamiento en marzo de 2020 y velozmente tuvimos que llegar a un objetivo que siempre nos planteábamos, pero al que nunca terminábamos de darle forma, el cual era empezar a trabajar a distancia.

Entre marzo y abril, cuando estábamos todos en nuestras casas, el panorama era de incertidumbre y desde la Secretaría decidimos pasar a una estructura de emergencia. Todas las propuestas se continuaron a través de distintas plataformas. Transitamos todo un año así… en emergencia. Luego de un tiempo comenzamos a darle forma a esta situación, a formar a nuestros docentes y mejorar nuestras plataformas de dictado.

En el caso del secundario, siempre fue un programa a distancia que contaba con reuniones semanales de consulta presenciales y optativas en la Facultad de Ciencias Económicas. En este sentido, el cambio en la modalidad de cursada no fue brusco, ya que solo tuvimos que pasar a la virtualidad las instancias de tutorías. Una cosa que notamos fue que el rendimiento de los alumnos mejoró muchísimo, tal vez porque las obligaciones laborales también sufrieron un cambio. Seguramente se logró gestionar el tiempo de otra manera.

La Tecnicatura en Administración y Gestión Universitaria depende de la Secretaría Académica de la UBA y ese espacio de la Universidad tiene amplia trayectoria en la educación a distancia, concretamente con el programa UBA XXI. Eso nos ayudó muchísimo, ya que teníamos en el campus algunas propuestas para la tecnicatura y en algunos casos ciertas materias tenían una carga horaria virtual, lo que hizo la pandemia fue que el dictado total de horas fuera virtual.

Nos queda pendiente para cuando salgamos de la situación sanitaria, pensar si se modificará la modalidad de la Tecnicatura y la de la Licenciatura, o si volvemos a las aulas. Yo creo que en algunos casos siempre es buena la presencialidad, no solamente en los exámenes finales. Tal vez se podría plantear una situación híbrida en la que se contemple una reunión mensual entre estudiantes y tutores y la mayor parte de la carga horaria planteada en modalidad virtual combinando campus y plataformas.

 

 

Julieta Vitullo es Secretaria de Cultura y Capacitación de la Asociación del Personal de la Universidad de Buenos Aires (APUBA). Ha desarrollado varios cursos, como tutora y formadora, en el marco del Proyecto “Sistema de Formación Sindical para el desarrollo de las Capacidades para la Acción Nacional y Regional” (ORIT – ISCOD, UGT - AECI – PLADES).

 

Subsecretaría de Comunicación y Cultura de la Facultad de Farmacia y Equipo de gestión editorial de FFyB En Foco.

 

 

Categoria: 
Actualidad
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