LA PRÁCTICA SUPERVISADA: UNA POSIBILIDAD DE CONSTRUIR FORMATOS DE ENSEÑANZA FUNDAMENTADOS EN EL MARCO DE LA FACULTAD DE FYB

Nuestra línea se relaciona con enseñar y aprender para hacer lo que igualmente hacemos profesionalmente mejor de lo que lo hemos hecho hasta ahora. Trabajamos en el análisis por capas de lo que observamos en el contexto natural de las clases.

 

Desde 2004, en la Facultad de Farmacia y Bioquímica (UBA) en el marco de la Carrera Docente en el espacio de la Práctica Supervisada construimos formatos personales de enseñanza a partir de revisar las construcciones metodológicas de cada clase observada por el equipo de pedagogos.

Al finalizar la Carrera Docente, en la Práctica Supervisada, se les plantea a los estudiantes la elaboración de un análisis que promueva cambios en la enseñanza y en el aprendizaje. Se desarrolla un proceso de acompañamiento para definir las posibles modificaciones y las fortalezas de la propuesta a partir de un análisis elaborado en conjunto, pedagogo y docente. Por lo tanto, elaboramos formatos pedagógicos compartidos de formatos de enseñanza individuales, a partir de un entramado del ojo del experto y del novato.

Para entender las prácticas de la enseñanza, reflexionamos en primer lugar respecto de sus intenciones de clase (planificación), analizamos el formato que adquiere a partir de las múltiples posibilidades que podría alcanzar, teniendo en cuenta la especificidad del campo disciplinar. En segundo lugar, observamos las clases en el horario y salón de cada uno de los docentes en el cuatrimestre asignado. En tercer lugar, analizamos junto con los docentes observados, quienes deben presentar una autoevaluación que indague lo que finalmente sucedió en la clase. Desde un marco epistemológico y moral, enriquecemos nuestra mirada a partir de autores que guían nuestra reflexión y nos acompañan en este recorrido.

Trabajamos en ámbitos de alto nivel académico. Por lo tanto, nuestros docentes tienen que ser capaces de fundamentar el diseño de sus estrategias de enseñanza que implementan en sus clases a través de entender los fundamentos de las acciones.

Nos valemos para ello de la Práctica Supervisada en el diseño, el análisis y la interpretación de las clases en FFyB (UBA).

 

DESARROLLO

Las prácticas de la enseñanza pueden ser pensadas como objeto de conocimiento. Sin embargo, la cualidad intrínseca de la práctica tiene una fuerza tal que atraviesa cualquier análisis.

Enseñar a ser docentes a docentes en ejercicio plantea un desafío dual:

  1. Favorecer la construcción de buenas prácticas.
  2. Favorecer la deconstrucción de aquellas prácticas que no lo son.

Las preguntas que nos realizamos ocupan un lugar central en la propuesta:

¿Cómo distinguimos una buena práctica de aquella que no lo es?

¿Quién evalúa? ¿Los alumnos, los docentes, los profesores de prácticas?

¿El sesgo de los alumnos que alguna vez fuimos, qué papel desempeña en esta construcción-deconstrucción?

 

¿QUIÉN NOS OBSERVA?

La supervisión de las clases se realiza en el encuentro entre profesores de la Facultad (alumnos de la Carrera docente en su último año) y los pedagogos que conforman el Área Pedagógica. Un encuentro presencial con características inéditas.

La observación en el contexto natural de clases plantea un paradigma de comprensión etnográfica e inmersiva. Somos en contexto y nuestras interacciones son cualitativamente diferentes al atravesarnos la realidad. Las intervenciones que hacemos necesariamente deben focalizarse en lo que sucede en el aula para que sean pertinentes y relevantes.

En un trabajo colaborativo con los profesores de la Facultad analizamos sus propios modos de ser docentes con el propósito de revisar recurrencias e iluminar originalidades con el objeto de mejorar las clases.

Se les plantea a los estudiantes elaborar un análisis que promueva cambios en la enseñanza y en el aprendizaje. Se desarrolla un proceso de acompañamiento para definir las posibles modificaciones y las fortalezas de la propuesta a partir de un análisis elaborado en conjunto, pedagogo y docente, en la etapa previa a la clase.

Construimos significados con el docente observado, quien intenta comprender los conceptos didácticos fundamentados con teoría. Asimismo, el pedagogo necesita entender los conceptos disciplinares para poder pensar construcciones metodológicas más desafiantes e innovadoras, a través de un complejo entramado teórico y práctico que se realiza con el objeto de que los alumnos aprendan.

La narración de las historias propias y originales de cada uno de los docentes nos permite aproximarnos en sus intenciones de clase, a sus propósitos, sus inquietudes y por qué no, a sus deseos de pensar qué quiere que suceda en una clase.

En la Facultad de FFyB (UBA) en la Carrera Docente se aprende y enseña a develar estas construcciones. A justificar el sostenimiento de las mismas fundamentadas en la teoría o a desafiar los modos repetitivos de realizar las actividades.

La pregunta original que guía la propuesta es: ¿Cuál es el sentido de la Práctica Supervisada en el campo de las Ciencias de la Salud?

A lo largo de los dos años que dura la Carrera Docente, acompañando a cada una de las materias de la misma, se cursa un bloque de análisis de las prácticas de las enseñanzas en cada uno de los cuatrimestres.

Se interpelan los modos de enseñar y aprender, de formular preguntas, de investigar en el campo propio, de favorecer la comprensión, de utilizar ejemplos pertinentes, de buscar contenidos que iluminen y complejicen los conceptos, y de favorecer la inclusión de genuina las tecnologías. En definitiva, en pensar en nuestras clases para hacerlas más potentes, más robustas.

La Práctica Supervisada deviene en una segunda etapa, cuando todos hemos construido una base de confianza que nos permite desafiar las prácticas instituidas. Tenemos que tener la honestidad intelectual de criticar o ser criticados con el sentido puesto en la mejora.

Nuestra línea se relaciona con enseñar y aprender para hacer lo que igualmente hacemos profesionalmente mejor de lo que lo hemos hecho hasta ahora. Trabajamos en el análisis por capas de lo que observamos en el contexto natural de las clases.

Para entender las prácticas de la enseñanza, reflexionamos en primer lugar respecto de sus intenciones de clase (planificación), analizamos el formato que adquiere a partir de las múltiples posibilidades que podría alcanzar teniendo en cuenta la especificidad del campo disciplinar. En segundo lugar, observamos las clases en el horario y salón de cada uno de los docentes en el cuatrimestre asignado. En tercer lugar, analizamos junto con los docentes observados, quienes deben presentar una autoevaluación, lo que finalmente sucedió en la clase, y realizamos una reflexión y análisis de las clases.

En un primer encuentro el docente que va a ser observado plantea su propuesta de clase, a través de una planificación entendida como una herramienta flexible que orienta lo que va a suceder en la práctica. Como un esquema didáctico en donde los componentes de la planificación interactúan y se modifican en función de los imprevistos que van surgiendo. La intención es pensar en la fundamentación de la propuesta y sus múltiples posibilidades.

Trabajamos en ámbitos de alto nivel académico. Por lo tanto, nuestros docentes tienen que ser capaces de fundamentar el diseño de sus estrategias de enseñanza que implementan en sus clases a través de entender los fundamentos de las acciones.

Se estipula la clase que será observada y se acuerdan las coordenadas de tiempo y espacio. La observación que se realiza es lo más descriptiva posible, sabiendo, sin embargo, que la teoría guía la mirada del observador, por lo tanto, esta es siempre subjetiva.

La devolución de la observación es una nueva tutoría que se plantea como otro espacio de encuentro en donde se analiza lo que sucedió en la clase. El docente observado realiza una autoevaluación escrita en donde da cuenta de sus impresiones personales, sus planteos, sus preocupaciones, sus logros y sus desafíos a futuro.

Luego, se desarrolla un espacio de profunda reflexión que cruza el registro de autoevaluación con la observación que realizó el experto, quien recupera lo observado a partir de dotar de sentido los actos de enseñanza y aprendizaje.

Desde un marco epistemológico y moral, enriquecemos nuestra mirada a partir de autores que guían nuestra reflexión y nos acompañan en este recorrido. Se comprende desde la perspectiva del otro lo que aconteció y se piensa en conjunto el devenir.

Toda esta propuesta se desarrolla entre los pedagogos y docentes para arribar a una construcción conjunta que no dé respuesta a las indicaciones del pedagogo, sino que promueva una práctica de enseñanza genuina y propia del docente a cargo.

 

Gabriela Hara

Área Pedagógica Facultad de Farmacia de Bioquímica (UBA), Argentina

 

Categoria: 
Tecnología educativa
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