Sí, la primera mujer médica en las Américas obtuvo permiso del Protomedicato de Cuba para ejercer en 1820. Pero… iba vestida de varón y se comportaba como tal. Nacida en Suiza, a los 15 años se casó con un soldado francés —a quien acompañó en los frentes de batalla— y tuvo una hija que murió en la niñez. Cuando su esposo pereció en combate, ella tomó su uniforme; años después con identidad masculina se tituló como médico cirujano en la Sorbona de París y fue médico militar en las campañas napoleónicas de Rusia y España. Fue hecha prisionera y encarcelada hasta 1816. Recaló en el Caribe, para 1819, primero en Guadalupe y luego en Cuba. Justamente allí sucedió la historia que rememoramos.


